29 de noviembre de 2012

Arqueología Bloguera



Antes de comenzar con una serie de post que nos gustaría que perduraran en el tiempo, queremos hacer una pequeña introducción: 

La vida es un largo y arduo proceso de aprendizaje, y hasta el último momento de ella, seguimos aprendiendo, de forma voluntaria o involuntaria, consciente o inconsciente. Y no hay aprendizaje que no esté exento de fracasos, de momentos donde las fuerzas nos abandonan, las musas nos rehuyen, de toallas sucias y sudadas tiradas entre las 12 cuerdas de la vida. Y no hay fracaso que mute en enseñanza si se aprende de ello. 

Obviamente, éste no es nuestro primer intento de sacar adelante un blog, antes hubo otros. Fallidos, inconclusos, abandonados entre los bits del ciberespacio y acumulando polvo en forma de mensajes de Spam que nos recomiendan cientos de productos milagros y encuentros ocasionales de dudosa veracidad. 

Ellos también forman parte de los cimientos de este blog, y con ellos queremos hacer justicia, aunque en su conjunto pudieron ser fallidos, tuvieron sus momentos de brillos perdidos entre un manto de oscuridad. Y en un puro ejercicio arqueológico queremos rescatar, dar luz, a algunos de aquellos artículos. 

Perdonadnos esta licencia nada más empezar, pero no deseábamos olvidar nuestros orígenes, y tampoco nos avergonzamos de aquellos imberbes comienzos, inocentes, con menos experiencia, pero con la misma ilusión que ahora, con las mismas ganas de comunicar, de compartir, de opinar, de aprender con vosotros y de vosotros. 


"No desprecies el recuerdo del camino recorrido. Ello no retrasa vuestra carrera, sino que la dirige; el que olvida el punto de partida pierde fácilmente la meta." (Pablo VI) 




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