4 de enero de 2016

LA CARA B II UN PUNTO QUE SABE A GLORIA



Punto de inflexión. El punto conseguido ayer en la nueva catedral no es un punto cualquiera. La U. D. no conseguía puntuar a domicilio desde aquel ya célebre 1-1 frente al Valencia el 21 de noviembre. Y este,  junto al apartado de los goles a favor, está siendo el principal déficit del equipo este año, puesto que sólo ha conseguido tres de los 27 puntos disputados hasta este momento lejos del EGC. Además, este empate tiene mayor mérito aún puesto que los amarillos no se vinieron abajo en ninguna de las dos ocasiones en las que se vieron por debajo en el marcador y todo eso con un terrorífico ambiente en contra. Con todo ello, además, Setién gozará de una semana de tranquilidad para preparar el decisivo choque del próximo domingo frente al Málaga.

El estilo es innegociable. Seguramente el buen aficionado bilbaíno agradeció que un equipo como la U. D. al que se le presupone manifiesta inferioridad respecto a los leones, fuera a San Mamés a disputarle la posesión al Athletic - de hecho se la ganó con un 60% - y a jugarle de tú a tú a un equipo que le quintuplica el presupuesto. El sello de Setién está más que incorporado al ADN del equipo, que sale siempre con la misma propuesta, independientemente del escenario y del rival. Ayer Javi Varas se las vió tiesas en más de una ocasión para driblar la presión de los delanteros blanquirrojos, pero siempre priorizó la salida aseada del balón al pelotazo largo y, por momentos, la U. D. llegó a trenzar jugadas de más de una quincena de toques que desesperaron a sus rivales. Esta nueva U.D. deja cada vez más buenas sensaciones en los campos que visita y es muy de agradecer que no cambie su idea a pesar de ir por debajo en el marcador, puesto que, como diría el Ché, "es mejor morir de pie que vivir arrodillado". 

Duelo de canteras. Si por algo se caracterizó el duelo de ayer fue porque enfrentó a los dos equipos con mayor presencia de jugadores de cantera en sus plantillas y, por ende, en sus onces iniciales. A la más que conocida política excluyente de fichajes del Ahtletic se le sumó en el partido de ayer un club que también se distingue por una apuesta clara por los jugadores de casa. Así, en el once de ayer veíamos a siete jugadores nacidos en la isla - después se sumarían Nauzet y Momo - enfrentarse a once jugadores vascos o de ascendencia vasca. Todo un acontecimiento muy dificil de igualar en ninguna de las principales ligas de Europa en las cuales la proliferación de jugadores extranjeros propicia que los de la cantera tengan que buscar normalmente su futuro lejos de los clubs en los que se han formado. 

Culio preocupante. Hasta que fuera sustituido en el minuto 81 por Momo, el argentino mostró, una vez más, que su fuerte no es el fútbol combinativo. Terminó el partido con un alarmante número de balones perdidos, algunos de los cuales terminarían en el fondo de las mallas de Varas. En el esquema de Setién un jugador de medio del campo ha de tener unas cualidades técnicas bastante depuradas para sobrevivir al entramado táctico que el cántabro propone sobre el terreno de juego. Seguramente, Quique buscaba con Culio ganar la parcela física en la zona ancha del terreno de juego, pero no contaba con la preocupante falta de aptitudes del argentino para distribuir el balón con los pies, lo cual le convierte en un arma de doble filo.

@ Foto de portada: elcorreo.com




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