La 1ª de todas fue aprendida en pleno Verano: "Nada es lo que parece". La excelente primera parte del debut liguero en el Sardinero que llenó de elogios a los pupilos de Lobera fue el primer aviso. Tras aquel partido se fue cayendo lenta pero inexorablemente en una dinámica negativa que trajo viejos hábitos que pensábamos no volver a ver en mucho tiempo.
La 2ª lección se impartió en ese torneo que en los últimos años el club solía desechar por considerarlo un baldío esfuerzo. Hay que reconocer que el Racing en Copa fue nuestra particular orilla como náufragos a la deriva. Y de alguna forma se relaciona con la primera lección: no éramos tan malos como los resultados parecían hacer ver. El equipo demostró que tenía calidad, confío en sus posibilidades y con sacrificio y esfuerzo se logró algo que parecía totalmente imposible: remontar aquel partido, cortar aquella deriva deportiva y cambiar la dinámica. La lección podríamos resumirla en un "Confía en tus aptitudes, pero sobretodo en tus actitudes".
La 3ª y última lección la tuvimos que aprender el pasado sábado a marchas forzadas tras obviar lo acontecido en el partido anterior con el Murcia. El equipo desaprovechó múltiples ocasiones para sentenciar el encuentro, acabó pertrechado defendiendo los 3 puntos como gato panza arriba ante un equipo inferior y empequeñecido por las circunstancias institucionales. En la previa el entorno del club se confiaba en la victoria de forma excesiva y de ahí emana la 3ª lección: el exceso de confianza es un error. Nuestros próximos rivales no perdonarán nuestros errores, no desaprovecharán la oportunidad que se les aparezca para vencernos.
Y es que este equipo ha demostrado su calidad, su capacidad de sacrifico y sus ganas de seguir creciendo. Pero va siendo hora que aplique lo hasta ahora aprendido. Porque como dice un conocido anónimo: "La experiencia es una maestra muy estricta, pues pone primero el examen y luego imparte la lección" Y digo yo... ¿A quién le apetece examinarse otra vez de lo ya aprobado?