En la previa del partido ya comentábamos que el CD Numancia era un club que nos tenía cogida la medida, y que Los Pajaritos era un campo que se nos daba particularmente mal, y más en fechas invernales con su frío y su césped helado. Y es que, hay que reconocerlo, nosotros no estamos acostumbrados a jugar a semejantes temperaturas ni contra dichas adversidades climatológicas. Por otra lado hay que destacar el desempeño del trencilla del partido, que obvió 2 penales claros en el área numantina a favor de la UD Las Palmas que, junto con esas pequeñas faltas y decisiones "sin importancia", fueron desnivelando la balanza a favor de los locales.
Pero estos condicionantes no deber ser usados ni esgrimidos como una cortina de humo. El conjunto amarillo disputó un flojo partido, falto de ritmo, con poco mordiente arriba y con desajustes defensivos que evocan pesadillas que ya se creían olvidadas.
El equipo amarillo desaprovechó una oportunidad única, dado los resultados de sus rivales, para escalar posiciones en la tabla en incrustarse en los puestos de promoción de ascenso de forma medianamente holgada. Ahora queda el sabor agridulce de la ocasión desaprovechada, aunque no se debe lamentar nada más que eso. El equipo sigue siendo igual de aspirante a lograr los objetivos como lo era hasta hace 72 horas.
Por delante nos queda un duro partido en el Benito Villamarín ante en Real Betis que supera sus carencias institucionales como un equipo excelente sobre el terreno de juego. No será fácil voltear la eliminatoria ante el conjunto de Pepe Mel que juega de memoria y es casi un mecano exacto a pesar de los cambios en el once titular.
No obstante, nuestro verdadero horizonte se muestra bien claro en nuestro campo visual, el domingo a las 18:00 horas en el EGC frente al Real Murcia. Sevilla, para todos los efectos y bajo cualquier resultado que se dé, sólo debe ser un pequeño oasis en nuestra trayectoria.