16 de julio de 2013

Fichaje || Juan Carlos Valerón



No por esperada la confirmación del fichaje de Juan Carlos Valerón fue menos noticia. Con la llegada del Mago de Arguineguín se consigue un viejo anhelo que, al menos durante mucho tiempo, parecía imposible de hacer realidad. 

La vuelta del hijo pródigo a la UD Las Palmas ha provocado una sacudida en la habitual calma estival. En todos los medios de prensa, en las redes sociales y en los bares se comenta, su vuelta como el regreso de un Cid Campeador que debe de iluminar el camino de la  Primera División. No sólo en Canarias se ha hablado de este sonado retorno, los medios nacionales deportivos y de información general han recogido la noticia con admiración y cariño a partes iguales. 

El jugador ha firmado por una temporada con opción a otra más despejando así, de momento, las dudas sobre la idoneidad de su estado físico a pesar de las graves lesiones y sus 38 años. Se desconocen las cifras exactas de su contrato, aunque suponemos que ambas partes habrán cedido, aunque en este reecuentro prima más lo sentimental que lo económico.



La UD Las Palmas con la que se encontrará Valerón es muy diferente a la que abandonó un verano de 1997 fichando por el Real Mallorca tras abonar su cláusula de rescisión de 300 millones de pesetas (un 1´8 millones de los actuales Euros). Por aquel entonces, se generó cierto rivalidad con el club mallorquín no sólo por el fichaje del talentoso canterano amarillo sino también por la fuga a la isla balear de un jugador con el que se tenía ya un contrato apalabrado (que no firmado) un año antes: el rumano Constantin Galca.



Una única temporada duró Juan Carlos Valerón, tras 47 partidos en el club bermellón y 4 goles, sus grandes actuaciones llamaron la atención de un grande como el Atlético de Madrid. Su fichaje por el Atlético fue, quizás, la peor etapa deportiva de su carrera (lesiones graves aparte). Su corto periplo colchonero acabó con el descenso, en el año 2000, de un equipo rojiblanco llamado a pelear por títulos con nombres como Juninho, Hasselbaink, Ayala, Caminero, Kiko, Pantic, Simeone, Solari entre otros tantos. Su periplo colchonero acabó tras el descenso a los infiernos del equipo de Jesús Gil con un balance de 87 partidos y 7 goles anotados.



Fue el Deportivo de la Coruña, el SúperDepor de entonces, flamante campeón de Liga, el que recuperaba para el fútbol de primer nivel al jugador. Nadie podía intuir por aquel entonces de que forma quedarían ligados, ya para siempre, el club gallego y el jugador canario. Trece temporadas (422 partidos / 32 goles / 1 Copa del Rey / 2 Supercopas de España) donde el talentoso mediapunta ejerció cátedra dentro y fuera de la cancha, que sirvió para liderar con fútbol, grandes gestos y buenas palabras al mejor Deportivo de la historia. Si sus cifras con los gallegos son excelentes, podrían haber sido mejores sino fuera por las graves lesiones que le tuvieron prácticamente dos temporadas fuera de los terrenos de juego entre los años 2006 y 2008. Aquella lesión le impidió asistir a su segundo Mundial (Alemania 2006) cuando era un fijo en las convocatorias de Luis Aragonés. Nunca más regresó a jugar un partido con la Roja tras aquella lesión, dejando su balance con la Selección Nacional en 46 partidos y 5 goles. Siendo su balance en fases finales de 9 partidos / 2 goles (Euros 2000/04 y Mundial 2002).



Muchos dudaban de la recuperación milagrosa de las rodillas de un jugador que, por edad, estaba más cerca del retiro que de su mejor época. No obstante volvió para salvar al club de un descenso, no pudo evitarlo al año siguiente, se mantuvo al frente para lograr el ascenso y finalmente no pudo cumplir su anhelo de dejar al Depor en la máxima categoría. El talante reflexivo, tranquilo y calmado del jugador de Arguineguín ha sido el mejor hilo conductor de una entidad que ha pasado de codearse con las grandes potencias de la Europa futbolística a lidiar con dos descensos y, sobretodo, buscar bocanadas de aíre en una situación financia crítica. Y ha sido precisamente la grave situación económica, y no la deportiva, la que ha forzado la rescisión contractual que unía al canario con los gallegos. Fin que ha propiciado, tras unas calmadas negociaciones, el regreso del jugador a la entidad amarilla a pesar de contar con ofertas de Qatar. 




¿Qué se puede esperar de este fichaje? La aparición sobre el terreno de juego de Valerón aporta unas ventajas únicas pero también unas condiciones ineludibles. Las ventajas son más que conocidas: visión de juego, posesión del balón, distribución con criterio y pase de gol. Las condiciones son innegociables, a Valerón no se le puede exigir, ni antes ni ahora, desgaste en labores defensivas ni de contención, todas sus energías deben ser volcadas en la elaboración y no en la destrucción, todo su energía debe ser reservada para alimentar a su prodigioso cerebro futbolístico. 

Cabe destacar también que un fútbol vertiginoso como el practicado en gran parte de la temporada pasada por el conjunto de Sergio Lobera no da cabida para el ritmo pausado, rumiante y elaborado de Valerón. Se asume un cambio de esquema y de ritmo de juego cuando el jugador se encuentre sobre el césped. Es probable que sea titular en muchos partidos en el Estadio de Gran Canaria y recambio habitual para las segundas partes cuando el conjunto amarillo rinda visita a sus rivales. No obstante todo esto son especulaciones propias de pretemporada, serán el propio jugador y Lobera quienes "firmen" las condiciones. 





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