No fue numerosa, pero sí fue llamativa. Un paso adelante de la peña más señera del equipo, Ultra Naciente, quienes tal y como habían anunciado se manifestaron antes del comienzo del encuentro, en los aledaños de la Grada Sur, en contra de la gestión de Miguel Ángel Ramírez al frente de la UD. Y ahí, más que en el partido, estaba la historia de este último fin de semana en el Gran Canaria, en otra temporada que no pasará a la historia, en otro año que se va por el sumidero de los anhelos amarillos en otro curso que no cambiará la inercia decadente de una Unión Deportiva Las Palmas que pudo solventar la papeleta y alejarse de los puestos del drama, pero no dan para salvar la cara, para adecentar un año que no hay por donde cogerlo.
¿El partido? Fue una pachanga en toda regla. El ambiente, con una afluencia que cabría en el Centro Insular de Deportes, o casi era el propio de lo que es, pretemporada dentro de la competición. La chispa de Cedrés, con un pelotazo a la cruceta y una combinación hermosa entre Rubén -dos palos en el primer acto- y Timor que no entró por un buen despeje a córner de Fernando, portero del Almería fue lo único reseñable de un partido que no formará parte de nuestro recuerdo futbolístico.
La segunda parte arrancó con un disparo cruzado de Narváez que no encontró portería en un primer acercamiento peligroso de los visitantes y la respuesta amarilla en las botas de Cedrés, el más enchufado y que, sin embargo, no estuvo atinado en el remate a bocajarro tras buena jugada de Momo.
En el 53', un remate blando e inocente de Rubén dentro del área se sumó a las aproximaciones amarillas que ya sumaban un buen número sin obtener ninguna la pericia del gol.
En el 58' se produjo la primera sustitución amarilla, salió Cristian Cedrés, el mejor de los amarillos y entró por él Carlos González. La sustitución pintó más por la cuota del número de canteranos en el campo que por deméritos del extremo amarillo, que estaba siendo el mejor sobre el césped.
En el 67', Jerónimo Figueroa, 'Momo', era sustituido y el asunto, con el público en pie, y la emoción del jugador, pintó, con claridad, a despedida. Por él salió Srnic y nadie se emocionó.
En el 79' Pepe Mel dio entrada a Kirian y sacó del campo a Fabio. Como el partido tenía el aspecto plomizo de una prueba de verano, los cambios con su aburrida monotonía notarial hicieron el resto, sólo eso faltaba para que el partido cayera en una agonía insalvable e innecesaria.
Concluye la temporada en el Gran Canaria con la sensación de que se viene otra reconstrucción en la UD y que, a su vez, con el paso mostrado por Ultra Naciente, la UD, pese a todo, sigue latiendo porque su gente sigue latiendo por ella. Que esta protesta no caiga en saco roto porque este es el camino.