5 de marzo de 2013

Desde la Curva (#11): El Enigma González



En todo grupo humano que trabaja por un mismo objetivo debe haber un líder que emerge de forma natural del colectivo o elegido por el mismo grupo. Debe ser aceptado por sus compañeros por el reconocimiento de sus capacidades y aptitudes. El líder actúa como guía, aglutinador, motivador, organizador y coordinador de todas las fuerzas para lograr el objetivo en común. 

Y en toda orquesta hay un director que coordina a los componentes de la misma para que se logre la correcta interpretación de la partitura, a través del manejo del tempo dando entrada a los instrumentos oportunos, logrando la armonía musical buscada. La considerada, casi por unanimidad, mejor Orquesta Filarmónica de todos los tiempos, La Orquesta Filarmónica de Viena, lo tiene, y siempre ha tenido en su nómina a los mejores del momento.  El director de orquesta es el líder, quizás no electo por sus subordinados, pero sí reconocido como tal.



En mucho de los partidos en los que la UD Las Palmas ha sufrido, ha sido por carecer de esa figura aglutinadora del juego, que sea capaz de monopolizar, a través del control del balón y la racional distribución de éste, el dominio del encuentro. Por ejemplo, En los dos últimos partidos saldados con empates in-extremis, durante muchos minutos el conjunto amarillo ha sido un muñeco a merced de su rival (mucho más ante el Barça B que en Villarreal). 

La UD Las Palmas ha necesitado de este elemento diferenciador. Le ha faltado un líder y un director de orquesta. Una persona que por sus capacidades sobre el terreno de juego sea capaz de evitar los saques apresurados del arquero, las entregas defectuosas del defensa, el responsable de dar armonía al torrente futbolístico de la vanguardia.  Y en la UD Las Palmas esa figura tiene nombre: David González.

El talentoso jugador de La Feria no lo ha tenido fácil en su trayectoria. Tuvo que luchar contra clichés respecto a su juego, aunque jamás nadie discutió el torrente futbolístico que manaba de sus botas, sí se le puso adjetivos de estéril, artificioso y poco eficiente.  Muchas han sido las temporadas en la que su clase marchitaba entre el banco y la grada con testimoniales comparecencias sobre el lienzo verde donde mejor se expresa su talento.

Ya entrada en la madurez personal y futbolística, con los prejuicios sobre su fútbol derribados, se mostró, supo adaptarse a unas exigencias y a una posición que no eran las innatas. Pero su abnegación y su profesionalidad casan perfectamente con su talento y se reconvierte en mediocentro creador dotando al juego de la UD Las Palmas de una capacidad creativa y criterio de distribución de la que era huérfana en anteriores temporadas. Sus compañeros se sienten aliviados cuando él juega, porque distribuye, ordena y manda a través del juego. Nada de gritos, de gestos ni reproches, tan sólo baja al balcón del área para recoger la entrega del defensa, arrima el hombro junto pivote defensivo para ayudarle, lo suyo es el pase medido al extremo, la asistencia al delantero, dar coherencia al juego, marcar el tiempo. 

La llegada de Lobera, y las referencias a su fútbol de raíces en Can Barça, auguraban la creación de un microclima que potenciaría las cualidades de David Glez. Se esperaba una mayor presencia, peso, incidencia del talento de La Feria en el juego de la UD. Pero una serie de lesiones agravadas por la detectada hernia discal prolongaron su ausencia del terreno del juego. Cuando ya se ha encontrado recuperado el técnico Lobera no ha dado muestras de confiar en él. Su plaza natural la ocupa un reconvertido Nauzet Alemán que cuenta con la plena confianza del técnico aragonés.

En total, son sólo ocho partidos (seis de Liga y dos de Copa) esta temporada en los que se ha vestido de corto. Y en tan sólo tres fue titular (siendo reemplazado en todos). El resto ha sido suplente y sólo ha podido disputar prácticamente el tramo final de los encuentros. Como dato curioso dejo caer que de esos ocho encuentros cinco fueron victorias.  

No seré yo quien cuestione las decisiones del míster Lobera ni dude de las capacidades de Nauzet Alemán. Tan sólo no encuentro sentido a la complicada situación que está viviendo David Glez. Que además está llevando la misma totalmente de forma profesional, demostrando una entereza, sin dar muestra públicas de su descontento, que aún lo hace más grande.

En los últimos partidos la ausencia del liderazgo se ha asumido de forma natural por la actitud corajuda de la plantilla, por el anhelo de lograr un sueño, y se han logrado voltear de forma pragmática, por empuje, con arrojo, situaciones adversas que comprometían la consecución del objetivo. ¿Pero cuánto tiempo más se puede continuar así?. ¿Tendrá solución este enigma? Deseo que sí, hay partituras que sólo se pueden interpretar si se tiene el talento necesario. Y la UD no tiene mejor director de orquesta que David Glez.




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