Ya lo decía Machado: "Caminante, no hay camino, se hace camino al andar". El poeta sevillano lo tenía claro, cada uno con sus pasos, con sus decisiones va forjando su futuro. Y esta UD Las Palmas, a veces infravalorada injustamente, en otras sobreestimada en demasía, va forjando su propio destino. Partido a partido, cierra y abre debates. Aún vigente la <<apoñodependencia>>, parece asombroso que hace semanas se pidiera la suplencia de Valerón como el remedio a los males del equipo, y el pasado Sábado poco le faltó para salir a hombros del césped en su cambio.
Nos lamentábamos de la poca capacidad goleadora y ahí llegó Chrisantus, el tantas veces denostado, que con su torpeza (sic) y su perenne sonrisa se dedica a lo suyo: cazar goles. Se pedía la jubilación anticipada de David García, y el capitán ha reclamado sobre el césped sus galones de viejo Kaiser obligando al técnico a una rotación inusual en el eje de la defensa que está resultando efectiva.
Y en el epicentro del debate, de la polémica, el técnico y el "Loberismo", término inventado por un amigo de la casa como el "Crass", que parecía en desuso, incluso prohibido de usar en según que momento. En la sombra, menos ruidosos que los loberistas, hay parte importante de la masa social amarilla que desconfía de Sergio Lobera. Ven en el técnico aragonés a un bisoño e inocente soñador que hace malabares con las palabras y que es el campeón mundial a "toro pasado". Palabras textuales que escucho en la grada, en los bares y en mi trabajo. Y sí, puede que tengan parte de razón, pero los resultados le respaldan.
Donde unos ven una capacidad inútil, yo la entiendo más que necesaria. El saber identificar los problemas es el primer paso para solucionarnos. Y si bien no siempre se logra hacerlo en medio de la partida, es importante hacerlo después para corregir vicios y errores, necesaria para seguir mejorando. Y Lobera está demostrando una capacidad de aprendizaje notable. El equipo ha mejorado en juego y números al conjunto del año pasado. Sí, tiene mejor plantilla, pero también tiene más presión añadida: la de repetir éxitos, la de cumplir unas expectativa altísimas, y las exigencias de quienes le reprochan todas y cada una de sus decisiones.
Y si bien Las Palmas aún no encuentra la forma de mesetar el nivel de juego que en ocasiones muestra, es un equipo fiable, con sus dificultades, con las adversidades que le plantean el contrario, está donde se le exigía. A estas alturas el año pasado el equipo se encontraba a 11 puntos del ascenso directo, ocupaba la doceava posición a tres puntos del Play Off. Comparen, es notable la mejora, ¿no?.
Regresando al poema de Machado: "al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar". Y en ello anda Lobera y los suyos, aprendiendo y mejorando. ¿Seremos nosotros también capaces de hacerlo?.