Reconquista de la
Península. El fútbol volvió a demostrar ayer
que los números y las estadísticas de poco sirven cuando el árbitro pita el
comienzo del partido. Desde enero hacía que no ganaba la UD fuera de casa y un
mes menos era el tiempo que llevaban los navarros sin perder en su feudo. A eso había que sumarle los malos precedentes en
tierras navarras, puesto que ayer se consiguió la tercera victoria de dieciocho
partidos en casa del Osasuna, donde los amarillos han sucumbido en doce
ocasiones. Anoche no fue una de ellas, los de Herrera no se dejaron amedrentar ni
por la intensidad con la que empezaron los locales tanto el primero como el
segundo tiempo, ni por el empate de cabeza Vujadinovic, pues la réplica del
Chino fue inmediata. Lo importante ayer era volver a conseguir una victoria para seguir creyendo en el milagro, la primera de la segunda vuelta fuera de casa. Treinta años después, se volvió a conquistar el Reyno.
Esplendidas triangulaciones en el primer
tiempo, después a guardar la ropa.
Independientemente del resultado, la Unión Deportiva jugó ayer una de las
mejores primeras partes de toda la temporada, y la mejor como visitantes en lo que llevamos
de año junto a la del Lugo, aunque tampoco estaba muy alto el listón. No
obstante, ayer lo subieron de forma considerable, moviendo el balón con rapidez,
cordura y aprovechándose de las urgencias del rival a base de contras. En la
segunda mitad, la entrada del raudo Cedrick dio alas al conjunto de Enrique Martin,
pero los amarillos supieron defenderse de las continuas acometidas rivales, gracias
en parte al doble cambio Vicente-Simón, el
cual se realizó para contrarrestar el aguerrido encuentro que plantearon los
rojillos. El de Schamann le otorgó músculo al medio campo amarillo, mientras
que el lateral salió para intentar secar al extremo congoleño, al igual que
hizo con Mojica frente al Valladolid.
Viera y sus jugones tomaron
el Reyno del Músculo. La
derrota en Butarque ha marcado un antes y un después en el medio campo de la Unión Deportiva. El músculo parece que ha dado
paso a la magia, la que volvió a aportar un Jonathan Viera que suma y sigue.
Ayer, además estuvo arropado por
jugadores creativos como Roque y Valerón, lo que hizo que las combinaciones en
zona de peligro durante la primera parte fueran a más, tanto en calidad como en
cantidad. Aparte del gran primer tiempo
de estos tres jugadores, otra de las claves fue el factor psicológico, pues
parece que los de Herrera trabajan mejor sin presión. Cuando ya todos lo daban por muerto, el equipo
se ha levantado, brindándonos su mejor versión tanto ayer como contra el Recreativo.
Esa confianza y tranquilidad fue trascendental para aguantar durante todo el
segundo tiempo las constantes embestidas rojillas. No obstante, también influyó
la fortuna, así como la seguridad que demostró Raúl Lizoain en las salidas, que
fue lo que bajo mi punto de vista le condenó al banquillo, pues bajo los tres
palos su rendimiento suele ser notable.
Hoy sabremos si vamos
a Setas o a Rolex. Hoy miércoles la Liga Adelante se
viste de domingo, que puede que sea de resurrección si Alcorcón y Alavés
consiguen algún punto al recibir a Sporting y Girona respectivamente. No será
fácil, pues lo normal es que al menos uno gane, pero nos encomendaremos a los
complicados campos de Santo Domigo y Mendizorroza para poder contarles mañana
que este muerto está muy vivo.
Foto portada: Miguel Ciriza ©diariodenavarra.es