La Unión Deportiva vence en virtud a su pegada y a una solidez táctica ante un rival mermado por las bajas que se demostró inocente en todo momento. Los visitantes no supieron inquietar el arco amarillo y fueron incapaces de contener las acometidas insulares. La expulsión de Arzo, excesivamente rigurosa, facilitó las cosas a los locales.
Según lo esperado Jiménez dio la titularidad tanto a Timor como a De la Bella, sentando a su vez a unos gemelos Castellano que hasta este partido habían sido titulares pero con un rendimiento irregular. La alineación, con sus matices, era más o menos la esperada y relativamente fácil de predecir con Raúl Fdez en el arco, defensa de cuatro con Lemos, David García, Cala y el citado de la Bella. Por delante línea de tres con Timor, Galarreta y Maikel Mesa con el tridente formado por Tana, Fidel y Rubén Castro. Disposición táctica 4-3-3 con Tana y Fidel abiertos y ofreciéndose en todo momento.
En los primeros 25 minutos el equipo amarillo llevó el peso del partido disfrutando de un dominio claro. Con Timor desde la sala de máquinas sosteniendo al equipo, con Maikel Mesa aportando trabajo "box to box" y con Galarreta tejiendo juego entre líneas en la línea del mejor "trescuartista". Por su parte, tanto Tana como Fidel se mostraban por las bandas, activos y hábiles en los desmarcas, para ofrecer alternativas a una zona medular densamente poblada. El equipo iba acumulando llegadas, pero sin ocasiones claras de gol.
Todo cambió en el minuto 28, cuando en un pase a la espalda de la defensa de Galarreta a Rubén, éste ganó en la carrera la posición y "se dejó arrollar" por un César Arzo que toca levemente al delantero. El árbitro señaló falta, como todo el mundo esperaba, pero no mostró una cartulina amarilla sino roja. Una expulsión inesperada y que se antojaba como excesiva a tenor de lo visto en el lance de la infracción. Pese a la inferioridad numérica del rival, no lo tuvo fácil Las Palmas pese a "desnivelarse" el campo hacia el arco visitante. Cierto que las ocasiones, ahora un poco más claras, llegaban con más asiduidad pero el acierto seguía estando lejano.
Se encaraba el descanso, con unas tablas que parecía inamovibles pero que le parecieron inaceptables a Rubén Castro. Era el minuto 44, una jugada que parecía intrascendente en la frontal del área catalana, y de repente Ruiz de Galarreta asiste al delantero de la Isleta en frontal. Éste salva a trompicones la entrada de Djetei y bate por bajo a Bernabé (1-0). Cuarto gol de Rubén en lo que va de temporada y un chorro de calma y tranquilidad para un conjunto amarillo que se estaba viendo presionado por el resultado parcial.
Al poco de salir de los vestuarios sería Timor quien aumentara la distancia en el marcador. Un centro desde la derecha de Lemos es despejado por la defensa y cae en las botas de Fidel pegado al vértice izquierdo del área del Nástic según atacaba Las Palmas. El número 16 amarillo cede a Timor que llegaba desde la segunda línea y le pega sin demasiada fuerza desde la frontal para que la pelota se cuele dentro de la portería tras rozar en Albentosa y descolocar a Bernabé. Llegar y besar el santo en el debut del centrocampista valenciano que desde que saltó al campo con la amarilla asumió los controles de mando y liderazgo del conjunto insular.
La sentencia del encuentro llegaría en el minuto 63 con el tercer tanto del partido para los amarillos. En una incorporación de Lemos al ataque, que ha cuajado un excelente partido borrando las sensaciones irregulares de anteriores choques, centró al corazón del área para que Rubén Castro llegara en carrera y rematara con la testa al fondo de la red. La reconciliación de Rubén con la afición amarilla ha fructificado a base de goles sí, pero también con la demostración de pundonor que el delantero ha demostrado cada vez que ha saltado al terreno de juego.
En el minuto 70 llegaría el premio a un jugador que estaba rayando a un excelente nivel. Una pelota que centró desde la izquierda De la Bella y es despejada por la defensa para caer en la frontal a la bota de un Álvaro Lemos que le pega con todo para fusilar el arco catalán. Tras el 4-0, el partido acabó de facto y no sucedió nada más destacable.
Con esta victoria el equipo de Manolo Jiménez muestra su proceso óptimo de maduración con el encaje de las últimas piezas y demostró su pegada. Sí ante un rival menor, mermado por las bajas y perjudicado por una expulsión rigurosa, pero de igual forma había que lograr doblegarles.