En barrena, precipitándose al ocaso a toda velocidad, se muestra el lujoso proyecto de la UD Las Palmas. Una plantilla que con en un esfuerzo económico notable se montó para lograr el ascenso por la vía directa, se encuentra precipitándose al vacío y no encuentra la forma, no ya de remontar el vuelo, sino de ni siquiera frenar la caída. La derrota ante el Real Jaén es, como dirían los taurinos, una cornada con múltiples trayectorias. Es un fracaso más que deja desparramados múltiples damnificados pero tan sólo una única víctima herida de gravedad: la UD.
Sergio Lobera, agitó la coctelera en busca de un fútbol más vertical e inmediato intercambiando cromos (forzado a medias por las bajas de Masoud y Nauzet) y en un aparente cambio de esquema. Una pequeña revolución que afectó a unos Vicente Gómez y Valerón que hasta ahora se les consideraba intocables. La entrada de Momo, sorprendió su buen partido, y de los canteranos Asdrúbal y Tana otorgaron al equipo de una electricidad ya olvidada, de un vértigo y una rapidez que de repente se frenaba cuando el balón llegaba a los dominios de un lento, plomizo, torpe y desconectado Aranda. El delantero malagueño no jugaba al mismo compás que sus compañeros evidenciando la incoherencia de su presencia en el once titular. A pesar de éste, los primeros diez minutos de la "revolución" de Lobera surgieron su efecto, el equipo mostró una cara amable y agradable, en unos minutos en los que se disfrutó de alguna clara ocasión que no se materializó.
Machado celebra el 2-0. |
El 2º gol, aunque facilitado por el desajuste defensivo amarillo, es un golazo de Machado que sentenciaba definitivamente el encuentro a los 27 minutos del mismo. La UD se mostraba incapaz de remontar un resultado que para sí era la roca y la montaña de Sísifo. Ocasiones en áreas pequeñas que se fallan (David García), tiros de media distancia inofensivos (Apoño) o hasta en tres ocasiones jugadas con disparo de Tana (el más activo de entre los amarillos) que ninguna acabó en gol, mucho ruido y pocas nueces. El segundo periodo del partido fue un mero trámite para el Jaén que tenía enfrente a un equipo impotente condenado a la frustración de su incapacidad. Ni el carrusel de cambios de Sergio Lobera, que dio entrada a Valerón, José Artiles o Figueroa (en los minutos finales, con 3-0 en el marcador) supusieron ningún cambio sustancial en el devenir del encuentro. El tercer gol del Jaén ante una UD que a la desesperada buscaba un milagro inexistente sólo sirvió para abultar aún un resultado ya de por sí doloroso.
Tana, el más activo pero sin suerte de cara al gol. ©LFP.es |
Todo apunta que tristemente la etapa del Loberismo ha acabado, un movimiento que tomó prestado el nombre del entrenador amarillo para resumir en una palabra una serie de circunstancias ya inexistentes. Una etapa que aparenta tener ya fecha de caducidad.
A contuinación les facilitamos el resumen del partido, la rueda de prensa de Sergio Lobera y la galería fotográfica.