6 de diciembre de 2013

CRÓNICA || CD TENERIFE - UD LAS PALMAS [3-0]



Superadas las 36 horas después del partido con la calma que otorga la perspectiva todo se ve todo más claro. Y al releer los titulares de los diarios nos encontramos vacunados y hacen menos daño. Titulares donde se podía leer palabras como goleada, vergüenza, baile, humillación histórica o desastre junto con algunas un poco más hirientes según la fuente consultada. 

En el plano futbolístico poco se puede añadir, el CD Tenerife jugó quizás su mejor partido de los últimos años, con un fútbol vertiginoso, descarado, eléctrico con vocación de hacer daño al rival propiciando sus errores y/forzándolos, reclamando para sí una parte importante de reconocimiento para su cantera con gente como Suso,  Ayoze o Cristo Martín que han sido el tridente que desarboló a la UD Las Palmas con su movilidad, verticalidad, osadía y buen hacer. Hasta aquí todo perfecto, se reconocen los méritos del eterno rival sin rubor y con cierta admiración, por momentos se vio en ellos lo que se desea para el equipo amarillo.

A partir de aquí, ¿qué queda?. Quedó la imagen de un combinado amarillo impotente sobre el terreno de juego, un equipo que parecía carente de alma, sin hambre competitiva, un pusilánime que vestía de amarillo que estaba siendo vapuleado y no hacía nada para remediarlo. Sí, la expulsión de Barbosa y el penal puso cuesta abajo y bastante fácil la debacle ¿pero eso justifica todo?, no. Hasta ese momento habían transcurrido 20 minutos donde la UD fue en ningún momento capaz de tomarle la manija al encuentro. Comentábamos en la previa que los clásicos se ganan con lo futbolístico pero se juegan con el corazón, pues la UD careció de ambos el pasado miércoles.

La vergüenza torera que demostró Nauzet Alemán tuvo más incidencia en la retina del espectador con sus gestos, aspavientos y reclamaciones el árbitro que sobre el juego, que era realmente de lo que necesitaba el equipo. Por cuestiones lógicas la UD disfrutó de alguna ocasión aislada pero cuando la debacle ya estaba consumada, cuando el ánimo ya se encontraba mellado, no hubo lugar para el espíritu de la remontada, se actuaba de forma mecánica y automática, pero sin esperanza. Precisamente éste fue uno de los grandes fallos del equipo amarillo, la falta de actitud que contrastaba con el hambre del rival, con sed, con ganas de más, de reivindicarse, de demostrar su valía.

©Canarias7.es
Sergio Lobera, en el ojo del huracán desde la previa por sus declaraciones, se convirtió en el epicentro de la catástrofe a ojos del entorno amarillo. Con una alineación prácticamente cantada en todos los medios que siguen la actualidad informativa amarilla, sorprendió con la inclusión de Carlos Aranda en el once titular. La suplencia de Chrisantus extrañó a propios y extraños al otorgarle la responsabilidad de ser la referencia en ataque a un jugador que ha disputado escasos minutos tras una largo periodo de lesión y que por ello ha pasado más tiempo fuera del equipo que dentro. Durante el encuentro el preparador amarillo fue incapaz de insuflar el ánimo y el coraje necesarios, no supo motivar a sus jugadores para que reaccionaran, por momentos parecía igual de desolado que los suyos. Ni el cambio táctico forzado por la expulsión ni el recambio de algunos jugadores supuso realmente una mejoría del lujoso transatlántico que capitanea. Y es ahí donde comienzan a ser más visibles las fisuras alrededor de su figura. 

Son muchos quienes ya señalan a Lobera sin temor de que les señalen a ellos, ya es una voz lo suficientemente ruidosa como para dejar clara su opinión acerca del técnico aragonés. Cada vez más, es notoria una corriente #antiloberista que no casa ni con las formas, ni con el verbo, pero sobretodo, con la gestión deportiva del técnico aragonés. Este movimiento no es nuevo, simplemente se encontraba soterrado bajo los buenos resultados, silenciado por la fortaleza de los afines al entrenador amarillo, pero nunca han dejado de dar su opinión minoritaria entonces, abrumadora creciente ahora, donde reclamaban la incapacidad de Lobera. Antes en la sombra, ahora ante la luz, pero nunca han dejado de afilar cuchillos. 


©Canarias7.es

No hay duda que esta derrota histórica ha dejado una mácula bien visible en la hoja de servicios de Sergio Lobera y sus pupilos. Para algunos será imborrable aunque se consiga el ascenso, cosa ahora que la inmensa mayoría ve como inalcanzable. Tras este partido la distancia entre ambos rivales se han recortado a una exigua distancia de tres puntos. ¿Se puede mantener el discurso de la previa? ¿Unos pelean por el ascenso y otros por evitar el descenso? ¿Con esa corta diferencia no están ambos luchando por objetivos parecidos? 

Este partido tiene que remover conciencias, realizar sinceras autocríticas y verdadera reflexiones que evidencien un cambio que haga retomar al equipo todo lo perdido en 90 minutos: imagen, credibilidad y orgullo.  Quieran o no, tras el final del partido un cambio ha comenzado, de los protagonistas depende de si ese cambio les sirve para mejorar y evolucionar o por el contrario significa el colapso de un equipo montado para el éxito. De su trabajo, compromiso y su reflexión dependerá si esta derrota deja de ser un carga para convertirse en bagaje y experiencia que les sirva para seguir creciendo y mejorando, de este partido se deben sacar más lecciones que acerquen al ascenso que las victorias complacientes.

Como es habitual les dejamos a continuación con el resumen del encuentro y una galería fotográfica.









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