12 de junio de 2014

CRÓNICA || UD LAS PALMAS - SPORTING GIJÓN [1-0] [PLAY OFF]



La UD Las Palmas cobra ventaja de cara al desenlace de esta semifinal de Play Off el próximo domingo en el Molinón. Y lo hace borrando de un plumazo todas las malas sensaciones que llevaba generando desde hace semanas, sensaciones que evitaron en parte una buena entrada para el encuentro (poco más de 12.000 espectadores). 

Desde el primer instante del encuentro el equipo de Josico sorprendió a propios y extraños con un fútbol que buscaba la verticalidad y transiciones rápidas, generoso en el esfuerzo y muy solvente en la parcela defensiva, con un plus de agresividad bien entendida que cogió a contrapié al equipo de Abelardo que quizás esperaba una Las Palmas más torpe, incapaz y temerosa. 

Y de ese cambio de actitud, de esa búsqueda intensa, se gestó el único gol que subió al marcador. Sí, fue un error en el despeje de "Pichi" Cuéllar que su compañero fue incapaz de controlar, pero si Aranda no hubiese presionado al meta, si no hubiese buscado con ahínco ese balón, si no forzara ese error jamás hubiese llegado el gol. Fortuna en el rechace que cae en los pies, pero sangre fría y resolución exquisita la del malagueño que mostró tener nervios como témpanos de hielo ante los defensas que le encimaban.

Juan Carlos Valerón, la magia hecha fútbol. Foto: ©Canarias7.es
La mejora de las prestaciones del equipo amarillo nacieron en parte de la búsqueda del equilibrio que con el cambio táctico Josico realizó, abandonando así su cacareado 4-4-2 para refugiarse en el tan denostado 4-2-3-1 de su predecesor. Esto propició que Juan Carlos Valerón fuera nuevamente titular ocupando la figura del mediapunta, su aparición fue para el opaco fútbol de la UD la luz en las tinieblas. Cuando "el flaco" se pone el frac y despliega todo su fútbol, la UD mejora exponencialmente. Su facilidad para asociarse al primer toque, su capacidad para encontrar resquicios donde asistir entre líneas son un maná de valor incalculable, su mente privilegiada que anticipa la jugada antes de que el balón se mece en sus pies es pura sangre de unicornio. 

Valerón no hubiese podido levitar sobre el campo sin el despliega físico de Javi Castellano y Apoño. Ambos a un nivel altísimo en toda la noche, el canterano realizó un trabajo oscuro, desagradecido, atento al corte, a la presión y al robo, se ofreció en todo momento como desahogo a sus compañeros, ejemplar en las coberturas y dadivoso en el esfuerzo para ayudar en la presión favoreciendo el dos contra uno en tareas defensivas. Por su parte, Apoño mostró las credenciales que hicieron que la UD Las Palmas se obsesionara con su fichaje, ocho meses después mostró que cuando quiere su nivel está más allá de la élite de la 2ª división. Su capacidad de mando y su experiencia las puso al servicio del equipo, dando ritmo al encuentro o parándolo según los intereses amarillos. Con el balón de los pies aportó coherencia, tanto descargaba en banda en corto como buscaba balones largos a la espalda visitante. 

Javi Castellano, generoso en el esfuerzo y el despliegue físico. Foto: ©ElComercio.es
Los primeros 45 minutos, los mejores con diferencia de la UD, el equipo rindió a un nivel muy alto aprovechando la incredulidad visitante. Tanto Momo como Nauzet, quizás el más gris en rendimiento pero siempre muy activo, se intercambiaban de bandas siempre apoyados por unos activos en tareas ofensivas Xabi Castillo y Ángel López. Pese a la mejoría en el juego, el gol sigue siendo una de las carencias de un equipo obsesionado con tocar y tocar pero que chuta a puerta poco y con menos efectividad. 

Tan sólo tras el descanso, con el marcador de 1-0, se tuvieron noticias del equipo de Abelardo que tuvo que alentar y exigir en la caseta a sus jugadores una mejora de sus prestaciones. El equipo gijonés se apoderó del encuentro durante los primeros veinte minutos del segundo periodo. La UD que acució el desgaste de la primera parte, cedió el balón y el terreno ante un Sporting que había salido con la convicción de recuperar ambos. Ante la presión visitante emergió como de costumbre la figura de Mariano Barbosa, salvando más de un gol cantado a favor de los visitantes. Al arquero argentino estaba cuando fallaba una línea defensiva que, con Deivid y Aythami Artiles en el eje, se mostró tan resolutiva y expeditiva como se le demandaba. 

Tras los minutos de agobio visitante, la UD supo rearmarse a través de la pelota, se defendió con ella, y buscó más la elaboración pausada que la verticalidad. Aunque pudo aprovecharse nuevamente de alguna ocasión más para viajar a Gijón con una renta más cómoda, no supo hacerlo. Por tanto, el próximo Domingo en el magnífico El Molinón, con un ambiente espectacular en contra, tendrá que buscar el equipo de Josico el pasaje para la final sabiendo administrar la mínima ventaja obtenida anoche. 




Resumen del partido. ©MediaPro.


Galería fotográfica.




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