Cuesta realizar un análisis del encuentro disputado en el Nuevo Arcángel cuando somos testigos de una pantomima de lo que se supone que tiene que ser un encuentro de una competición limpia, de un partido en buena lid. En este caso, no hay nada que reprochar a un Córdoba CF que se vio beneficiado por un arbitraje parcialmente desmedido. Ellos no tienen la culpa que el trencilla Pérez Pallas haya decidido expulsar casi de forma consecutiva a dos jugadores amarillos en dos acciones que no merecen ni amarilla, ni, mucho menos expulsión. Así de esta forma no sólo se condiciona un resultado, sino que se impide, se asegura ninguna reacción de un equipo que se encontraba ya por debajo del marcador.
Aunque la nefasta actuación de Pallas lo tapa todo, no debería de hacerlo con la realidad que hasta ese momento la UD Las Palmas iba por debajo del marcador de forma justa tra defender de forma deficiente un córner. Con dos jugadores menos y con dos goles en contra, la UD Las Palmas supo recortar distancias a base de casta y coraje, y con un gesto técnico de un recuperado y fino Macky Chrisantus. Pero el mazazo casi consecutivo al gol amarillo que fue el 3-1 local fue demasiado para el empuje amarillo. Aún así la UD tuvo ocasiones de recortar distancias e intentar recuperar el Goal Average perdido, pero no fue posible.
¿Qué queda entonces? Queda la sensación de ser vapuleados, no en lo futbolístico, sino por un ente superior que no acepta preguntas ni quejas, no quiere que nada salga de su libreta de ruta. Y avisados estamos, nos visitará este Sábado el Sporting de Gijón de un Sandoval que puso en el honor de la UD junto con la amenaza del nefasto Pino Zamorano como árbitro del partido. Mientras se espera la resolución del Caso Guadalajara, tendremos que seguir sorteando los obstáculos que, jornada tras jornada, nos irán apareciendo y/o colocando en nuestro camino al ascenso.
No se pueden sacar más conclusiones de lo acontecido en Córdoba. Habrá que trabajar para suplir las sensibles bajas de Hernán y Dani Castellano, y recuperar el ánimo de la caseta, sin Día del Abonado por medio, los jugadores tendrán que demostrar que seguimos aspirando al ascenso vía indirecta a los aficionados que se congreguen en el Estadio de Gran Canaria el próximo sábado en buen número a buen seguro.