Con un diario clamando que hay motivos para soñar, una radio
alardeando de una Unión Deportiva sin precedentes y un presidente presumiendo
de que la adquisición del nuevo delantero ya se puede dar por hecha por su
flamante readaptación a la Liga Adelante… alguien tenía que hacer esto, lo
siento, pero como en tantos sabios consejos de la historia aquí debería imperar
–y no lo está haciendo- las “3 C”: CALMA, CABEZA Y CAUTELA.
Seamos sinceros, si bien el fútbol es un deporte conocido
por su memoria primaria, esa que sólo permite recordar lo ocurrido en los
últimos días o semanas, el aficionado de la Unión Deportiva Las Palmas no puede
cometer la torpeza de volver a dejarse seducir por el baile de la histeria colectiva.
Si bien es cierto que somos líderes, que el trofeo Pichichi es nuestro, y que
el segundo Zamora también; también lo es
un detalle que resulta tan simple como significativo: ES LA CUARTA JORNADA. Nos
gustaría que no fuera así, cierto, pero hay que asumir que aún quedan 38
partidos por delante –lo que dura la primera división- y con estos, enormes
depresiones, celebraciones, olas, gritos, victorias, lluvias y silbidos. Al fin
y al cabo somos de la Unión Deportiva y que yo recuerde nunca hemos dejado de
sufrir temporadas bipolares. ¿No?
Pero no quiero llamar a la penuria, sino aportar motivos
ilustrativos. Me remito a un hecho reciente
que la mayoría recordará a la
perfección por su cercanía y por los sentimientos parecidos que generaba. Hablo
de la cuarta jornada de 2010, cuando un equipo amarillo y muy canario, comandado
por Paco Jémez derrotaba por 0-3 a un Villareal B que venía de ganar 1-5 a la
Ponferradina. El equipo liderado por Barbosa, Viera y Vitolo alcanzaba en este momento 10 puntos (igual que
ahora), con 3 victorias y un empate (otro calco), con muchos goles a favor
(10, dos más que ahora) y pocos en contra (3, uno más que los que ha recibido Raúl) y con grandes
equipos históricos como enemigos a batir, entre los que se encontraba el Betis
y el Valladolid; otro detalle que lo asemeja al presente.
Toda Gran Canaria eufórica porque la UD estaba en el momento
mágico que todos ansiábamos, haciendo que sus adversarios hincaran la rodilla
de forma que rozaba lo humillante. Y no pretendo engañar a nadie, un servidor
también estaba en el ajo de la euforia, recuerdo incluso llegar a buscar
noticias en inglés para saborear todo lo posible ese dulce momento del equipo.
Pronto vendría el partido contra el Betis y el Valladolid y creíamos con
certeza que nos los íbamos a merendar, al fin y al cabo, los rivales no
parecían más que una corriente de agua que fluía hacia la orilla de la primera división.
Pero la realidad fue diametralmente opuesta y cruel. Tras
cuatro jornadas plácidas de goleadas a plantillas teóricamente inferiores, le
siguieron 3 empates y una derrota frente a equipos de mayor talla (Granada,
Recreativo, Betis y Valladolid) y comenzó la crisis que llevó a los hombres de
Jémez, y posteriormente de Rodríguez, a hundirse hasta los puestos de descenso,
por debajo incluso de nuestro eterno rival que ese año estaba realizando una
campaña terrible.
Noticia de EFE sobre la victoria ante el Villareal B (2010) |
Es por esto que considero firmemente que debemos someter nuestros
sentimientos a una prueba histórica. La Unión Deportiva Las Palmas es, y
siempre ha sido, un equipo de muchas caras. Es difícil remontarnos a una
temporada en la que todo haya ido genial sin que el equipo tropezara varias
veces , recordemos que por ejemplo en la del ascenso 99-2000 nos sacaron varias
veces de los puestos altos de la tabla. Los aplausos y los pañuelos siempre han
convivido en la isla, y este año probablemente no sea una excepción.
Lo que quiero pedir con esto es llamar a la prudencia,
tanto a aficionados como jugadores. El ascenso está ahí y es una posibilidad,
pero no está a la vuelta de la esquina. El año pasado tras empatar a 0 contra
el Córdoba en la ida del Playoff SÍ que lo estaba, y no la giramos del todo. Tenemos
un sobrio y experimentado entrenador al igual que una gran plantilla, y eso que
los que se presuponen como jugadores clave de la temporada ni han llegado a debutar
en liga todavía. Pero estamos empezando a tirar confeti cuando el techo aún es
muy bajo y nos podemos hacer daño, mucho daño. Parece que durante la
pretemporada todo el mundo se remitía a la filosofía del “partido a partido” y
ya a nadie le importa que este sábado nos visite el Alcorcón sino más bien dónde
y cómo va a celebrar el ascenso. Tampoco muchos se plantean que nos hemos
enfrentado a cuatro equipos de la zona baja de la tabla, de los que no esperan
más que salvar la categoría, que otros como Betis, Osasuna, Sporting,
Valladolid, Girona y Recreativo, se tienen que medir dos veces contra nosotros,
y que por si fuera poco siempre hay algún equipo hipotéticamente débil que nos
saca los colores.
Valerón tras el Playoff contra el Sporting (2013/14) |
Empezamos bien el camino. Se establecieron los cimientos
durante la pretemporada con corrección y empieza a dar sus frutos. El equipo se
muestra concentrado y con hambre, especialmente en las segundas partes. Pero
nosotros, como afición de un equipo tan complejo como es el nuestro, deberíamos
saberlo disfrutar, pero relativizando nuestros impulsos, porque precisamente
fue por culpa del impulso de algunos lo que impidió que lográramos nuestro
sueño la temporada pasada. Felicidad toda la que uno quiera, pero la legendaria
cita de Hemingway: “la sabiduría de los ancianos es un error, no se vuelven más
sabios sino más prudentes” hace referencia a una gran realidad: si nos
dejamos llevar por la euforia a la mínima que el equipo falle lo criticaremos
con furia y en exceso. Ni el Betis era campeón tras la primera jornada de liga
ni nosotros lo somos tras la cuarta. Disfrutemos y presumamos de equipo, pero centrando
toda nuestra fuerza en el partido contra el Alcorcón y, poco a poco, la
escalera se irá construyendo, peldaño a peldaño. Recordando la cita de otro gran genio, Juan Carlos Valerón: “¡Tranquilos! ¡Esto no nos vale, queremos el ascenso!”