El excelente partido de la UD Las Palmas ante el Girona ha
dejado grandísimas sensaciones, un resultado que reconforta, que aporta
tranquilidad, refuerza confianzas y pone un poco las cosas en su sitio. Crónicas, lecturas, análisis y pormenores del encuentro se
desmenuzan en todos los medios de prensa, blogs, webs, televisiones y radios.
Pero la imagen del encuentro, al menos para mí, se produjo tras el gol de
Thievy que vino precedido de una definición defectuosa de Chrisantus. El delantero nigeriano quedó tocado anímicamente por su enésimo
fallo en el partido (y otros tantos en anteriores encuentros), pero Stéphane Pignol (que
cuajó un muy buen encuentro) raudo y veloz obvió la celebración del gol conseguido
y fue en busca de su compañero abatido para ofrecerle un abrazo, comprensión y cariño que palien la
soledad del delantero huérfano del gol.
Gesto que fue imitado a posteriori por otros compañeros que
también ofrecieron al delantero nigeriano aliento y apoyo. La realidad es que
Chrisantus no cuajó un mal partido, todo lo contrario estuvo muy participativo,
realizó apoyos y coberturas en tareas defensivas, bastante activo en ataque se
ofreció a los compañeros, mostrando gestos técnicos muy buenos (como en sus 2
ocasiones más claras que provocaron los goles de Vitolo y Thievy). Ya en el gol de Vitolo se pudo ver como su
actitud era otra a pesar de la atajada del arquero gerundés, no hubo
abatimiento, hubo felicidad y un abrazo con Thievy mientras se dirigían en
busca de Vitolo para celebrar el gol.
¿Por qué destaco este gesto? Porque no es la primera vez que se
da una demostración de este tipo durante la temporada. Hasta donde alcanza mi
memoria recuerdo el paternal abrazo de Sergio Lobera a Hernán tras un fallo de éste que propició el gol de Rubén Castro que definitivamente eliminó a la UD Las
Palmas de la Copa del Rey. También recuerdo los abrazos de los jugadores al míster en
la eliminatoria copera ante el Racing de Santander, la comunión del
público con el mismo Lobera y su reciprocidad.
Pero todavía hay más, el gesto impagable de un Nauzet Alemán
en una situación personal muy compleja que se ofrece a jugar con el equipo en
Huelva cuando el corazón y la mente quieren huir a otras latitudes. Y este Domingo también el gesto,
para algunos temerario, de Hernán que lesionado no quiso abandonar el
terreno de juego a pesar de estar el partido más que finiquitado.
¿Hay dudas del compromiso de estos profesionales con el
objetivo marcado? Algunos días podrán salir mejor o peor las cosas, pero
demostraciones de sobra hay que desean tanto o más que la afición lograr el ascenso, y están dispuestos a sufrir por ello.
No lo duden, estamos en buenas manos. Semper Fidelis.
“Llegar juntos es el principio. Mantenerse juntos, es el progreso. Trabajar juntos es el éxito”. (Henry Ford, 1863-1947)
“No preguntes qué puedes hacer por ti el equipo. Pregunta qué puedes hacer tú por el equipo”.(Earvin “Magic” Johnson, 1959)