18 de marzo de 2014

"Domingos por la tarde" (Fútbol con prosa, goles con rima #5)



Hace mucho que fútbol y cultura dejaron de ser vasos incomunicados, atrás quedó el tiempo en el que intelectuales, literatos, poetas y demás gentes de letras escondían su afición por el balón bajo el tupido velo de la vergüenza. Cuesta creer que una actividad tan rica como el deporte, que desata tantas pasiones, que al igual que encumbra a héroes los deja caer sin tender ninguna red, campo infinito de glorias y derrotas donde se forjan leyendas le fuera durante mucho tiempo dada la espalda por una de las más bellas artes. Y aunque siempre hubo beligerantes acérrimos del desafecto por el balón, como el propio Borges, por suerte para los amantes de ambas disciplinas, la apertura de las compuertas de ambos espacios que parecían estancos han enriquecido a unos y a otros.

En esta nueva entrega de Fútbol con Prosa, Goles con Rima se la dedicamos al poema Domingos por la tarde de Luis García Montero, poeta, ensayista, crítico literario y profesor de Literatura Española de la Universidad de Granada. De una dilatada y extensa carrera literaria, García Montero (Granada,1958) ha ganado diferentes premios literarios en distintas décadas donde destacan, entre otros, el Premio Nacional de Crítica y el Premio Nacional de Poesía. Con una prolífica producción durante décadas en los últimos años ha disfrutado del reconocimiento unánime de prensa, crítica y lectores por sus novelas Mañana no será lo que Dios quiera" (Alfaguara, 2009) y No me cuentes tu vida (Ed.Planeta, 2012).

El autor compuso el poema como un vehículo de evocación y agradecimiento al fútbol por los momentos de felicidad que le otorgó durante su infancia. Momentos a los que con la madurez propia del adulto recurre como resquicio al que aferrarse para huir de una existencia más plomiza y aburrida. Como buen aficionado al fútbol tiene declinación por un equipo en particular, en su caso el Real Madrid. Precisamente el club blanco daba inicialmente el nombre a esta composición, para finalmente adoptar por el que actualmente se le reconoce. El motivo del cambio fue que aún siendo una oda al fútbol, la tan sola mención de un club que levanta tantas pasiones a favor como en contra, desvirtuaba su mensaje universal. Un poema que habla de fútbol a través de la vida y de la infancia, o ¿de la vida y la infancia a través de fútbol?. Una joya que todo buen futbolero debería de leer, aprender, memorizar, sentir y hacer suya, por siempre. 


Niños jugando al fútbol en la Inglaterra de los años 50. 

A veces las infancias escapan de sí mismas
y corren por la lluvia como en fuera de juego
sin oír las sirenas de los árbitros.
Es verdad que son mares en un vaso de agua,
pero hay olas que tienen esa espuma
de las alineaciones,
paraísos que aguardan los despachos
del último minuto
o días que amanecen
con la tranquilidad de un tres a cero,
de un cinco a cero en punto de la tarde.

Por lo demás también hay labios
en el extremo izquierda del domingo,
lesiones en las dudas del mañana,
pasados que regresan
igual que una llamada de teléfono.
- ¿Y lo de ayer? Sonríe la memoria, 
cuando parece amiga del equipo contrario.

Las verdades del área
son rectas de dudosa geometría,
como ardientes amores de ficción
en manos de un penalti.
Por eso saben mucho
de la felicidad y la belleza.

No conviene que demos a estas cosas
un valor excesivo.
Son noventa minutos en un vaso de agua.
Pero a mí me han quitado muchas veces la sed.




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