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| Foto: web oficial Unión Deportiva Las Palmas |
Las Palmas Atlético perdió ante el Panadería Pulido y puso fin a una racha victoriosa que acumulaba ya veintidós partidos sin perder.
Encadenaba el equipo de Manuel Márquez seis victorias consecutivas tras el empate ante el Vera. Anteriormente, la vela chica había conseguido once victorias consecutivas tras empatar, precisamente, ante el Panadería Pulido en San Mateo.
El partido, como se preveía, fue muy disputado; el equipo de La Vega se mostraba muy seguro en defensa, impidiendo el juego entre líneas de los amarillos. En el 15' Yeremi Valerón salió lesionado tras un golpe en el hombro y entró por el Carlos González. En el 25' una falta lateral veguense acabó entrando en la portería de Álex Guanche tras tocar en Eric Curbelo. A la ferrea defensa del equipo de Juan Carlos Socorro se le unía el marcador a favor. Benito, a la media hora, lanzó alto una falta ensayada sacada por Borja. Los amarillos se volcaron en el último tramo del primer acto. Carlos González pudo rematar tras un pase de Erik Expósito, con el portero visitante ya vencido, pero escorados ambos y en otro disparo que salió alto tras pase de Benito. Erik Expósito actuando de ancla, de espalda a la portería, generaba espacios y posibilidades de disparo para sus compañeros. Así se llegó al descanso.
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| Foto: web oficial Unión Deportiva Las Palmas |
En la reanudación, la inercia del final del primer acto continuó. En el 54' Mario anotó un gran gol de falta directa y la ventaja ya puso el partido cuesta arriba. En el 59', Carlos González desde fuera del área recortó distancias y anotó el que a la postre sería el único gol del filial en el partido. Poco a poco, merced a la buena disposición del equipo de Socorro el énfasis con el que arrancó el segundo acto de los amarillos se fue apaciguando. Especial mención merecen los centrales del equipo de La Vega Mario y Rubén que frenaron las continuas intentonas de los de Manuel Márquez.
Segunda derrota del filial amarillo en toda la temporada, primera en casa para poner fin a una racha espectacular.
