10 de noviembre de 2018

CRÓNICA || LA FÓRMULA NO SIRVE (0-0)



El Martínez Valero trae reminiscencias hermosas; aquel 22 de junio de 1996 quedó grabado a fuego en la memoria de los amarillos y cada vez que uno regresa a este campo gigantesco vuelve a ver a Eloy Jiménez lanzando su eterna rosquita, a Orlandito Suárez y a Chili, da igual el tiempo que pase. En el cielo del Martínez Valero Pacuco sigue señalando al cielo, pero tras este golpe de nostalgia inicial volvamos a 2018.

La UD salió con Raúl, Lemos, Deivid, Cala y De la Bella; con Javi Castellano, Maikel Mesa, Tana, Ruiz de Galarreta y arriba Rafa Mir y Sergio Araujo. Al menos de entrada. En el banquillo quedó Rubén, tras su golpe en el ojo con Timor sancionado y Manolo Jiménez en la grada, tras su expulsión al término del partido ante el Deportivo de la Coruña. 

Sory Kaba y Josan tuvieron las ocasiones más claras en los primeros minutos. Una falta ejecutada por Tana en el borde del área acabó en la barrera. Era lo poco que había que llevarse a la boca porque la UD estaba nerviosa e insegura. Nada queda de aquel equipo que era una muralla atrás. El ataque era una quimera. Mir o Araujo apenas habían entrado en juego. 

A la media hora el Elche tenía con amarilla a sus dos centrales y a su mediocentro Manu Sánchez, Gonzalo Verdú, cuya entrada salvaje a Javi Castellano mereció la roja y Neyder.

Un disparo de Iván Sánchez tras una apertura a banda en la que fue a todas luces una mala basculación de la defensa grancanaria tuvo que contar con la excelente reacción de Raúl Fernández. 

En el 40' un robo de Araujo provocó la ocasión más clara de la UD, el argentino condujo el balón y cedió a Rafa Mir quien sólo ante un inédito José Juan mandó el balón al palo. 

Al descanso, nada nuevo bajo el sol para una UD decepcionante. Podrá Jiménez aferrarse a la suerte esquiva tras el palo, pero lo cierto es que vivimos a merced de una inspiración individual y el equipo en defensa cada vez parece menos fiable. 

La segunda parte arrancó con la UD aproximándose a la portería de José Juan  con un centro de De la Bella que Ruiz de Galarreta cedió de cabeza a Araujo y que el argentino no consiguió conectar el disparo. La principal diferencia radicó en que la UD tenía el balón, algo tan obvio, pero tan inexistente en los últimos tiempos que hay que reseñarlo, pero fue un espejismo.

En el 60' un error  en cadena de la defensa amarilla tras un saque de banda fue solventado por Raúl haciéndose grande frente a Javi Flores, quien recibió el balón de cara a portería en un cara a cara inesperado.

En el 62' entró Rubén por Rafa Mir -siempre el primer cambio- dejando claro Jiménez su ideario pudiendo recuperar el tridente arriba optó por la fórmula de seguir teniendo más gente en el centro del campo, pero sin que dicho centro del campo tuviera peso relevante, peso real, en el partido. Rubén, un rematador infalible, sin duda, necesita que le llegue el balón y Mir, además de ser un batallador delantero está en racha. Un movimiento que resultó incomprensible. 

En el 76' entró Nino y Jiménez sustituyó a Tana por Blum Resultó llamativo porque el de San Cristóbal era de los pocos que estaba tratando de generar en una UD triste y pobre. 

En el 86' una falta rematada por Cala ligeramente adelantado acabó en gol de Rubén Castro, pero se anuló por fuera de juego. La jugada resultó muy justa, pero parece que el andaluz estaba algo adelantado. 

La UD suma un punto, pero es realmente pobre el modo en el que el equipo está jugando últimamente. Si todo depende del resultado con este tipo de juego, y estos no se dan, la fórmula no sirve.





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