22 de diciembre de 2018

CRÓNICA || ¿HASTA CUÁNDO? (4-1)


Llegaba la UD al Nuevo Arcángel con la intención de recobrar la senda de la victoria tras ocho jornadas sin hacerlo y el equipo regresa a Gran Canaria como siempre, de vacío y con la cara colorada tras otro nuevo varapalo.

Para esta final Paco Herrera saca de inicio a Raúl Fernández; Lemos, David García, perdonado tras la injusta expulsión en el derbi junto a Juan Cala, Dani Castellano; Timo, Ruiz de Galarreta, Blum y Fidel y arriba Rubén y Rafa Mir, quedando fuera del once Rubén Castro. Se trata del mismo once del clásico del fútbol canario con la excepción del de La Isleta. Repiten titularidad Blum y Fidel.

Precisamente el alemán se mostró incisivo al inicio del duelo con una galopada que acabó con un pase a Mir quien, dentro del área no pudo girarse para rematar y con un centro-chut que no encontró rematador, pero sí dio muestras de su peligrosidad.

Una opción interesante para la UD llegó en el 9' en un robo y pase rápido de Iñigo Ruiz De Galarreta quien cedió a Sergio Araujo dentro del área el cual se revolvió ejecutando un zapatazo que estuvo cerca de ser el primero para los grancanarios

Sin embargo, un minuto después, Jaime Romero se fue en velocidad de Dani Castellano y cruzó el balón ante Raúl estrellándose en el palo.

Un chut lejano de Jaime Romero y una falta lateral cordobesista que despejó la defensa amarilla hacían presagiar que la tendencia del duelo, primero para la UD y ahora para el Córdoba, estaba cambiando. 

En el 27' una muy buena contra de la UD en la Araujo abrió a banda y dejó una autopista a Danny Blum para que con espacie centre a Rafa Mir quien remata, pero el balón se encuentra con Carlos Abad.

Pero la acción clave de la primera parte llegaría justo después en un balón disputado entre Juan Cala y Jaime Romero en el que el de Lebrija cae al suelo y el balón en el lateral del área, por el secto izquierdo llega al propio delantero del Córdoba Jaime Romero quien se gira y cruza el balón ante la pasividad de la defensa amarilla. Sólo contó con la oposición tardía de Dani Castellano.

La UD trató de buscar el empate gracias a las galopadas de un Danny Blum que estaba siendo el mejor en el primer acto, pero fue insuficiente porque así se llegó al descanso. 

En el segundo acto Herrera realizó un movimiento extraño, quitó a Danny Blum, el mejor del equipo hasta ese momento y metió a Rubén. El de La Isleta agitó el ataque y llegó el mejor momento de la UD en el partido. Hubo ocasiones y gracias a la ratonería de Rubén y así llegó el empate, tras un pase filtrado de Timor a Araujo quien controlo y el balón llegó a Rubén que anotó el empate. El equipo tenía otro aire con Fidel en la izquierda, Mir en la derecha, pese a que el míster dijo en sala de prensa que ahí no lo veía, Araujo en la medipunta y Rubén en el centro del ataque. En ese minutos la victoria no parecía una quimera, pero todo fue un espejismo. 

Porque con la entrada de Piovaccari todo saltó por los aires. El delantero italiano llevaba un minuto en el campo cuando un pase al espacio de Miguel De las Cuevas acabó superó a Álvaro Lemos por alto y el delantero la controló y batió a Raúl. 

Aunque tocado el equipo tiró de orgullo y fruto de esto llegó una ocasión inmejorable para Sergio Araujo tras un pase de Lemos al corazón del área, el argentino sólo ante Carlos Abad sólo tenía que definir, pero el guardameta tinerfeño estuvo fantástico abortando la última bocanada de vida para una UD que encajó el tercer gol en la jugada inmediatamente posterior merced a una buena acción individual de Andrés Martín tras un pase al espacio de Jaime Romero.

El cuarto, obra de Piovaccari otra vez, cerró el partido y enrojeció a toda una isla que ve como la plantilla, el equipo y la directiva van proa al marisco sin remedio. 

El equipo se deshizo por completo, la UD era un auténtico despropósito tras hacer un partido decente hasta el 74', pero es inconcebible en cómputos generales la actuación final, la visión global. Tras la llegada de Herrera la Unión Deportiva Las Palmas ha encajado 12 goles en sus tres partidos disputados fuera de Gran Canaria en Cádiz, Lugo y Córdoba, una media de auténtica vergüenza. Una sangrante cifra que no hace sino reflejar que el cambio de entrenador no trajo el efecto deseado, más bien al contrario. 

Toca reflexión y quién sabe si en este parón de vacaciones toque también el enésimo cambio de timón a mitad de la travesía. La UD se desangra ante nuestros ojos. 2 puntos de 15. La defensa amarilla ha hecho internacional, con el mayor de los respetos a jugadores como Lekic, Christian Herrera y Piovaccari, todos buenos jugadores, pero cuyas actuaciones estelares ante la UD no son el pan de cada día de su temporada, sino fruto de la descoordinación de la que hace gala un equipo profesional cada vez que se sube a un avión y deja la isla unos días. 

Sólo cabe una pregunta: ¿Hasta cuándo?









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