Herrera repitió el once que ganó a Osasuna. Raúl; Eric, Mantovani, Cala, Dani; Peñalba, De Galarreta, Timor, Fidel, Mir y Araujo. El partido discurría con lentitud, era plomizo, frío, como el ambiente de un Gran Canaria que registraba 10.722 espectadores, cifra oficial que nadie se creyó. En el 14' un saque de banda para el Zaragoza lo sacó la UD por error arbitral y la jugada acabó en una falta favorable a los amarillos. En el saque de esa falta remató Cala a gol, pero fue anulado por fuera de juego. Acto seguido hubo un robo de Fidel a Verdasca y el extremo de la UD condujo el balón hasta la portería y cedió a Ruiz de Galarreta que llegó raudo y eficaz para dársela a Rubén quien, sin oposición, remató a puerta vacía para hacer el primero.
En el 18' Mantovani remató al segundo palo para asistir a Cala, pero el andaluz no llegó y la opción se esfumó.
Hubo otra aproximación peligrosa, una contra tras un córner maño que Rubén y Fidel conectaron para dejar al extremo en uno para uno con Cristian Álvarez, pero falló en la definición.
El Zaragoza, por su parte, bien situado en el campo, pero sin mordiente ofensiva, con algunos fallos en la salida de balón que generaban cierto riesgo amarillo, pero el partido caía en una duermevela importante.
Su primera acción de peligro llegó en el 45' donde Eguaras da un pase al espacio para Álvaro Vázquez, pero el que golpea el balón es Ruiz de Galarreta, Álvaro Vázquez que estaba en fuera de juego continua la jugada y el linier levanta la bandera, pero el árbitro, Javier Iglesias Villanueva, concede la acción al observar que quien golpea es el amarillo. La defensa amarilla quedó parada al ver al linier, pero al acción subió al marcador en un error infantil.
En el 47' un falta lateral colgada por Fidel la remató Rubén Castro, pero estaba en fuera de juego y la jugada fue anulada.
Tras esta acción el Zaragoza fue creciendo en el partido. Zapater lanzó una falta centrada que golpeó en la barrera en el 58' y los entrenadores movieron los banquillos Víctor Fernández sacó a Soro y metió a Marc Gual y Herrera quitó a Ruiz de Galarreta y puso a Momo.
En el 66' un centro fantástico de Nieto lo remató fuera, sin oposición, Álvaro Vázquez en la que fue una opción clarísima para los visitantes.
Eric Curbelo, lesionado, salió en el 70' y entró por él Sergio Araujo. El partido, que ya tenía color visitante, se torció para los amarillos por una doble amarilla velocísima para Gaby Peñalba, en un intervalo de dos minutos en un error incomprensible para un jugador de 34 años. Linares entró por Álvaro Vázquez y Nieto, lesionado, salió y entró Aguirre.
Los minutos pasaban y el marcador no se movería para un punto que no saca de pobres a la UD. Para un punto que deja al equipo a una distancia sideral, complicada de los puestos para los que esta plantilla estaba diseñada y cuyo juego no hace pensar en la posible utopía de llegar arriba. Este partido lo hemos visto muchas veces este año, lamentablemente. El partido de nunca acabar.
En el 47' un falta lateral colgada por Fidel la remató Rubén Castro, pero estaba en fuera de juego y la jugada fue anulada.
Tras esta acción el Zaragoza fue creciendo en el partido. Zapater lanzó una falta centrada que golpeó en la barrera en el 58' y los entrenadores movieron los banquillos Víctor Fernández sacó a Soro y metió a Marc Gual y Herrera quitó a Ruiz de Galarreta y puso a Momo.
En el 66' un centro fantástico de Nieto lo remató fuera, sin oposición, Álvaro Vázquez en la que fue una opción clarísima para los visitantes.
Eric Curbelo, lesionado, salió en el 70' y entró por él Sergio Araujo. El partido, que ya tenía color visitante, se torció para los amarillos por una doble amarilla velocísima para Gaby Peñalba, en un intervalo de dos minutos en un error incomprensible para un jugador de 34 años. Linares entró por Álvaro Vázquez y Nieto, lesionado, salió y entró Aguirre.
Los minutos pasaban y el marcador no se movería para un punto que no saca de pobres a la UD. Para un punto que deja al equipo a una distancia sideral, complicada de los puestos para los que esta plantilla estaba diseñada y cuyo juego no hace pensar en la posible utopía de llegar arriba. Este partido lo hemos visto muchas veces este año, lamentablemente. El partido de nunca acabar.
