La UD Las Palmas destroza las quinielas de sus rivales ganando en Castellón al Villarreal. Un resultado que le otorga prestigio y la posiciona en un lugar inmejorable para obtener la permanencia en su segunda victoria consecutiva como visitante.
La UD Las Palmas llegaba con ventaja al entretiempo de un partido donde el buen trato al balón ha sido una máxima respetada por ambos equipos con sus matices. El Villarreal, que ha mutado de su clásica versión sudamericana a una más europea, vertical y con menos digestión de la jugada buscaba las cosquillas de la hoy rosa zaga de la UD Las Palmas. Pero el muro de contención delante de Javi Varas se ha mostrado prácticamente infranqueable y con un buen nivel ,con David García por derecha y Garrido por izquierda junto con Lemos y Bigas como centrales. En todo momento socorridos por los apoyos de Montoro (partiendo del pivote) o de un explosivo (y de lo mejor de la UD esta tarde) Nili Perdomo.
Sin suerte de cara al gol, Willian José estuvo acertado en el trabajo de desgaste y apoyo. Foto: ©LFP.es |
El canterano ha sido, sin duda, lo mejor del conjunto entrenado por Quique Setién en la primera manga del encuentro. Partiendo desde el interior diestro, liberado de complejos, de temores, ha añadido a su verticalidad y velocidad el descaro y el hambre necesario para desequilibrar. Auténtico quebradero de cabeza para la zaga del Villarreal, las mejores acciones han partido casi siempre de los desequilibrios que generaba por derecha. El Zhar, desplazado por la irrupción del canterano a la izquierda, sigue mostrándose voluntarioso pero poco acertado. Su verticalidad e intento de desborde pocas veces llega a generar claras ocasiones de gol.
El capitán celebra el gol. Foto: ©LFP.es |
Ante las ausencias notables en la medular, Wakaso y Roque Mesa, Setién plantó de inicio un 4-1-4-1 donde Montoro ejercía de pivote defensivo, abnegado en la desagradable tarea del desgaste y la contención con apoyos continuos a la defensa, como el picapedrero sobre el que descansaba todo lo que articulaba Las Palmas en tres cuartos de cancha contraria. Pero no sería en una jugada elaborada, ni en la asociación, por donde llegaría la ventaja amarilla, lo haría en una acción a balón parado. Un córner botado por Jonathan Viera que remataría David García, asentado y sólido en lateral diestro, en el corazón del área se elevaría sobre su marcador para rematar de cabeza y anotar el gol que a la postre daría la victoria a las huestes amarillas.
Mientras le duraron las fuerzas, Momo dio visión y salida a la pelota desde el eje. Foto: ©LFP.es |
La segunda parte sufrió un cambio de guión por completo. Lo que se presuponía que sería el ímpetu inicial del Villarreal por la búsqueda del empate en los primeros minutos, se acabó convirtiendo en la tónica del segundo periodo. El conjunto de Marcelino García Toral, con más o menos acierto, fue empujando al equipo de Setién hacia atrás, para acabar los insulares acumulando sus efectivos en torno al arco que defendía un acertado Javi Varas en las pocas ocasiones que tuvo que actuar. La UD mutó su perfil, supo abnegarse, olvidarse de la lírica, los tiralíneas y la miel del área contraria para defender con todo, arremangada y sufridora, el botín obtenido. Sí, la Unión Deportiva sufrió en esta segunda parte, pero la diferencias con otras ocasiones, a otras épocas, es que supo sufrir, supo cómo defenderse de los ataques locales sin desfallecer en un esfuerzo titánico que de entrada ni inspira ni insufla fuerzas y tan poco motiva.
La UD Las Palmas acabó venciendo en una plaza tan lustrosa y complicada como El Madrigal como un equipo los 90 minutos. Siempre generosa en el esfuerzo, entregada al colectivo y defendiendo con brío logró tres puntos que suponen un salto cuantitativo y cualitativo en la clasificación. Logra así el equipo grancanario su tercera victoria consecutiva que le hace encarar las próximas jornadas plena de confianza para lograr la permanencia.
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