10 de agosto de 2016

COPA MAHOU ||  LA VERGÜENZA VENCE EN EL DERBI CANARIO


La vergüenza se hizo dueña del partido de vuelta de la Copa Mahou. En un encuentro donde la UD Las Palmas, que fue de más a menos, venció en el tiempo reglamentario por un gol anotado en una gran jugada del equipo que anotó Macedo. Pero todo quedó manchado por una multitudinaria tangana que se produjo en la segunda parte donde las verguenzas, no futbolísticas, de un lado y de otro quedaron descubiertas. 

Quique Setién planteó el partido con una alineación que  era toda una declaración de intenciones: búsqueda de la pelota, asociación y desequilibrio arriba. Y de entrada todo se dio  como la UD lo había planteado. Tan sólo habían pasado cuatro minutos cuando Míchel Macedo se aprovechó de una gran asistencia de Jonathan Viera para fusilar a placer a Dani, arquero del CD Tenerife. 

A partir de ahí, el equipo de Setién bajó varios niveles y fue perdiendo fluidez en el juego  mientra su rival se mostró corajudo en busca de un empate que le otorgara la posibilidad de llevarse el trofeo. Con un fútbol menos elaborado, que busca asociarse con rapidez y de forma vertical puso en aprietos a Las Palmas con bastantes ocasione que no supo nunca como embocar a puerta aunque estuvo cerca más de una vez.


La Unión Deportiva se defendía más o menos con solvencia aunque en muchas ocasiones se veía a Roque desasistido en la presión alta del Tenerife que propiciaba alguna contra de más de las deseadas. El partido discurría con normalidad hasta que el minuto 59 Álvaro Arencibia realiza un tackling a Nano en el que la intención es buscar la pelota (y lo consigue) aunque con la velocidad y la inercia termina de arrollar a un Nano que acabó sobre el terreno de juego dolorido y lesionado. 

Este fue el detonante para que desde ambos equipos se desatara unos minutos de locura donde se formó una tangana con nombres propios como Suso que fue el 1º en reprobar la acción a Álvaro. Pero también Vitolo, Viera o David Simón, todos ellos excesivamente nerviosos y que acabaron siendo expulsados. Una acción lamentable y reprobable a todas las partes implicadas.


A partir de este momento, el partido ya no existía, los jugadores parecían apesadumbrados por lo sucedidos, como cargando con el peso inexorable de quienes saben que la vergüenza les señala. Un espectáculo bochornoso que mató un partido que acabó en penales y que designó que el Tenerife se llevara la Copa. Pero esto último ya no importaba, ni lo más mínimo pues la única ganadora de la noche fue la vergüenza. 

Fotos: ©UDLasPalmas.es 




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