9 de febrero de 2018

LA UD DE JÉMEZ MUESTRA SU MADUREZ EN SAN MAMÉS (0-0)


Repitió sistema y nombres Paco Jémez. Un reconocimiento al buen trabajo realizado por esos mismos once jugadores en la jornada anterior frente al Málaga. El equipo saltó al terreno de juego mostrando carácter, no se acongojó por la mística de la Catedral y mostró una versión reconocible en esta 2ª etapa de Jémez: Valentía, verticalidad a través de un fútbol asociativo y de talante ofensivo.

Cierto es que en el primer cuarto de hora casi todas las acciones destacadas ocurrieron sobre el área amarilla: un gol anulado a Yeray a balón parado y una acción de rifi-rafe entre Ximo y Aduriz que se saldó con cartulina amarilla para ambos. Pero las sensaciones que desprendía el conjunto insular eran reconfortantes, aportaba confianza. Se mostró como un equipo con las ideas claras acerca del juego, de lo que tenía que hacer y en qué momento. Siempre ordenados a través de la pelota, imprimía mayor o menor velocidad, combinaban más o menos, según las circunstancias. Y esa flexibilidad en su planteamiento incomodó a un Athletic que, quizás, esperaba una UD más previsible, la de balón al pasto y ritmo lento con desplazamientos horizontales y estériles.


El partido estaba siendo intenso en lo físico, no tanto en el juego, una partida de ajedrez con momentos de fricción pero muchos menos de los esperados. Intentaba el Athletic hacer uso de sus armas, juego en bandas, verticalidad, centros laterales para Aduriz o Raúl García, pero la defensa amarilla parecía saberse bien la lección y prestó resistencia rindiendo a un buen nivel. Esto desesperó a los locales que carecían de un plan B para hacer cosquillas a los jugadores amarillos. En pocas ocasiones la defensa falló, como en un remate de Iñaki Williams sólo dentro del área que se marchó ligeramente desviado del arco.


Le costaba eso sí generar juego al equipo amarillo que se mostraba perdido desde que cruzaba la circunferencia del centro del campo. Pocas llegadas, ninguna clara y Kepa como testigo privilegiado del partido. Hernán Toledo fue el señalado por Jémez y a los 30 minutos fue cambiado por Tana. Buscaba el técnico amarillo más capacidad de asociación y juego entre líneas con el número 24, un apoyo más para los pivotes y volantes en la salida del balón a costa de perder juego por banda y verticalidad. La primera ocasión para los amarillos llegó en el minuto 45, Tana desperdició en un buen contragolpe una oportunidad de disparar a puerta y cedió a Etebo que lo hizo fuerte pero muy alto del travesaño. Con todo, la buena noticia fue llegar al descanso con el empate inicial.

A la salida del descanso el partido comenzó con un mayor ritmo, imprimido por el propio Athletic que abusó de sus reconocibles recursos de centro laterales al corazón del área para que lleguen tanto Aduriz como Raúl García. Además, se sumó el público local que se encendió al cuestionar acertadas decisiones arbitrales que consideraron que perjudicaban a su equipo. Con este cóctel el partido pareció ganar enteros, dicha agitación desperezó un partido que estaba en una fase de tedio generalizado. No obstante, la Unión Deportiva mantuvo la templanza ante el incremento de la temperatura ambiental y sobre el césped. Supo mantener su solidez defensiva y mejoró levemente en sus prestaciones en ataque al llegar con algo más de asiduidad al área rojiblanca.  Tuvo su ocasión en dos ocasiones Nacho Gil, pero tuvo la excelente respuesta de Kepa en sus dos disparos.




La UD se hizo fuerte a partir de un trabajo defensivo eficiente y rocoso. El Athletic, obcecado en repetir una y otra vez el mismo patrón de juego, facilitpó el trabajo de los de Jémez. Aunque precisamente en este escenario y ante este equipo esto último no resta ni un ápice el mérito de los amarillos. Introdujo el preparador amarillo a Aquilani mediada la 2ª parte para lograr mayor presencia en la sala de Máquinas y liberar un poco a Viera en un partido que, la intención del Athletic sería esa, acabaría desarrollándose como un correcalles si los amarillos no le ponían remedio. 

El choque ganó en fricción e intensidad pero perdió en fútbol,  engrosó las cifras de faltas cometidas que rozó el medio centenar (49 exactas).  El partido tan básico en su planteamiento que propuso el Athletic, fútbol directo y de choque, no dio cancha a un fútbol más elaborad, aunque la UD lo intentó en algunos momentos con pocos resultados. Los minutos se consumían entre patadones al aire e interrupciones por faltas de un lado y de otro. Jémez dio valor al punto con la entrada de Bigas por un Calleri que no dejaba de fajarse con toda la defensa rival. 

Este punto puede ser clave en la suma final que lleve a la salvación la categoría. Pero este encuentro lo que realmente aporta es la confirmación de una Unión Deportiva más madura que es capaz de competir con garantías con rivales tan duros como todo un Valencia o Athletic Club. 




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