2 de febrero de 2018

ESTE LUNES Sí TENEMOS UNA FINAL

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El tan recurrido adjetivo de “final” para partidos trascendentes que lleva siendo usado en el caso de la Unión Deportiva prácticamente desde las primeras jornadas cobra especial relevancia este lunes en el encuentro que enfrentará al representativo a un Málaga con el que se turna el farolillo rojo y al que, actualmente,  sólo separa un punto en la clasificación. Por esta razón, y por las alturas del campeonato - ya traspasado su ecuador - en las que estamos  sí podemos hablar con propiedad de una verdadera final a todas luces, de un partido cuyo resultado marcará la trayectoria futura de ambos clubes en lo que a alcanzar la permanencia se refiere puesto que no sólo se trata de conseguir el botín de los tres puntos sino de impedir que el rival los sume y de llevarse el “goal average” particular para un posible caso de empate.

Si al ostentoso Málaga del jeque y a la U.D. – con la “mejor plantilla de su historia” - le hubieran dicho a principio de temporada que a estas alturas estarían ocupando plazas de descenso a la categoría de plata les hubiera sonado a chiste de mal gusto. Pero el fútbol es caprichoso y no entiende de presupuestos ni de plantillas, sino de buen juego y resultados y, es por esta razón, que plantillas menos renombradas pero mejor estructuradas como las del Leganés, Getafe o Girona están luchando ahora por Europa con la permanencia prácticamente asegurada y otras de mayor lumbre como las protagonistas de este artículo hayan tenido que conformarse con  otros objetivos de mayor sonrojo.

Pero en esta vorágine competitiva que es la Liga no hay tiempo para lamentaciones. Por ello, ambos clubes han copado protagonismo activo en el mercado de invierno, empezando por los inquilinos de sus banquillos. Paco Jémez y Miguel González han traído a sus plantillas hasta siete caras nuevas en este mercado de invierno con la finalidad de revertir su delicada situación actual y poder seguir entre los grandes una temporada más. Todos ellos, entrenadores y jugadores, nuevos y viejos,  se darán cita el próximo lunes a partir de las 20:00 horas en el E.G.C. en un duelo para hombres marcado por el drama en el que el empate no le vale a ninguno ya que el único camino para ascender en la tabla es la victoria.

Los cálculos de Jémez para la salvación pasaban por conseguir ocho victorias como mínimo desde su nombramiento, de las cuales ya puede tachar una tras conseguir agónicamente los tres puntos frente al Valencia de Marcelino. Sin duda, alcanzar la segunda frente a un rival directo y en su propio feudo es una meta a corto plazo que alcanza la categoría de innegociable, por lo que cualquier traspiés en este encuentro supondría un duro varapalo para la escuadra amarilla. Sin duda alguna, un gran motivador como Jémez, habrá sabido inculcar esta semana a sus jugadores la importancia de los puntos en juego con la finalidad de que salgan al terreno de juego desprendiendo la intensidad  necesaria, algo que ya se ha visto por ráfagas en tramos de determinados partidos pero que para el encuentro del lunes resulta imprescindible durante los 90 minutos.

Otro factor determinante para el “duelo de colistas” será la afición. Un llamamiento desde la propia plantilla y alguna que otra “oferta” para la compra de entradas a mejor precio orientada a los abonados deberían ayudar a que el lunes nuestro templo presente la mejor entrada del año  y sea una olla a presión para llevar al equipo en volandas y, por ende, causar  todo el “miedo escénico”  posible al rival. El aficionado, desencantado por la trayectoria y la gestión del equipo, debe hacer un esfuerzo y aparcar sus reticencias durante un par de horas para enfundarse la “amarilla” y acudir al estadio a animar con todas sus fuerzas a unos jugadores que también deben corresponder con su comportamiento en el césped ese apoyo recibido desde la grada.

Por todo esto, y por más motivos, hemos de considerar el partido de este lunes como la primera final de verdad del año para una U.D., un “match point” que debe salvar sumando  todos los componentes que intervienen en la ecuación: Los jugadores aportando intensidad, profundidad y seguridad defensiva en el campo; el cuerpo técnico motivando y leyendo bien el partido  y la afición y los medios transmitiendo el ánimo necesario en el campo para conseguir que los jugadores den el 150% de sus posibilidades. Y es que ya lo dijo el gran Di Stefano: “Nadie es tan bueno como todos juntos”.




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