No me gustó nada la imagen del equipo en Mendizorroza, y menos cuando se esperaba una revolución tras los cambios que forzados (lesión de Nauzet) o propios (suplencia de Momo, titularidad Delev) invitaban a pensar en una UD más vertical. Idea que se reforzaba con un Valerón como lanzadera de ataque despreocupado de toda tarea defensiva al ser respaldado por Javi Castellano y Vicente Gómez.
El conjunto entrenado por Sergio Lobera se aprovechó de la única, es triste reconocerlo así, la única ocasión en todo el encuentro. Produce una contradicción preocupante que un equipo que históricamente se reconoce como ofensivo, un entrenador que aboga por un estilo de creación, elaboración y con intención de protagonismo, acabe un partido con tan poca presencia en el área rival, y además con un peligro tan nimio.
Todos entendemos que ha sido lesivo para los interéses de la UD apurar el mercado de fichajes para encontrar a precio de gangas las piezas necesarias. Esta injerencia de la política económica en la planificación deportiva provoca de forma irremediable una situación de provisionalidad cuando ya la competencia ha comenzado. Y ésta es lesiva porque ya han volado cinco puntos de seis posibles y lo peor: está afectando a la ilusión y la imagen del equipo que se construyeron la temporada pasada.
Mi mayor preocupación es el clima de crispación que rodea al equipo tan sólo a dos jornadas del inicio del campeonato. Reconozco que la pérdida de la columna vertebral del año pasado (menos Barbosa) ha provocado un derrumbe de calidad que de momento ni la magia de Valerón ha podido subsanar. Pero si reconocemos también que el equipo está a falto de completar en efectivos y por tanto de ser trabajado para que de sus frutos ¿por qué le exigimos lo máximo? ¿por qué le culpamos de sus carencias? Leer twitter, Facebook, los foros de internet y los comentarios de las noticias en los periódicos era simplemente una autopista a la depresión.
Hay que ser más consecuente y paciente con lo que se tiene entre manos, el equipo está en formación, hay ideas nuevas que implementar y vicios antiguos que erradicar de una vez también. Sí, todo es cierto, pero no se puede hacer una operación de cirugía estética con el cuchillo de carnicero que muchos afilan y esgrimen con esmero.
Paciencia.
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