6 de agosto de 2013

Dos partidos contra un mismo rival: la desconfianza


A menos de dos semanas para que dé comienzo la Liga Adelante, Las Palmas se tiene que encontrar a sí misma en dos pruebas de desigual dificultad. El primero de ellos será mañana (día 7) a las 9 de la noche, donde el conjunto capitalino se medirá a la Unión Deportiva Telde, club de la Tercera División que finalizó undécimo la pasada campaña. No obstante, es el partido del sábado (a las 19.00h) frente al campeón de la Copa Del Rey, el Atlético de Madrid, el que más atención genera; tal vez no tanto por disfrutar de la calidad de uno de los mejores equipos de Europa, sino también por realizarle una prueba inicial contundente al conjunto de Sergio Lobera.

La UD perdió contra el Marítimo 2-0 (Foto: Marca)
Es de entender, en vista de los últimos resultados, que el aficionado de la Unión Deportiva esté ahora más centrado en la capacidad realizadora de la vanguardia amarilla que en cualquier otro aspecto. Si bien es cierto que la UD se ha mostrado sólida, por lo general, en cuanto a dominio y control de balón, también lo es que no ha marcado ni un solo tanto en sus tres choques más exigentes, perdiendo incluso dos de ellos. El balance efectivo de Las Palmas es objetivamente pobre y comienza a generar dudas en el aficionado, que recuerda con cierta desesperación los fantasmas que se paseaban por la fría grada a finales del curso pasado: El club sabe que el “otra vez lo mismo” y el “ya estamos como siempre” circularon por el Gran Canaria durante la vuelta de la copa Mahou, así que debe centrar su mira en atacar, marcar y, aunque se pierda -al fin y al cabo es el Atlético de Madrid,- demostrar que es capaz de generar jugadas de peligro y, con ellas, aumentar la ilusión. Como dijo el legendario entrenador escocés del Liverpool, Bill Shankly, “Si no tienes ni idea de qué hacer con el balón, mételo en la portería del otro equipo y ya hablaremos de ello más tarde,” y ese debería ser el objetivo principal.

Spot Temporada 2011/12
El cuadro técnico y los jugadores han de ser conscientes de esto. La esperanza y euforia que se crea en el terreno de juego puede dar muchos puntos durante la temporada y, si ocurriera ahora, podría además atraer a aquellos indecisos que aún no se han abonado. Un detalle: mientras que la temporada 2010/11 se cerró con 11.600 abonados, se perdieron mil para el curso siguiente -finalizó con poco más de 10.400-, pero lo interesante es que este año ya se ha superado la barrera de las 8.500 personas. Si tenemos en cuenta que a estas alturas hace un año la cifra rondaba los 6.000 carnets emitidos, con estos datos se percibe que el seguidor de la isla se siente motivado, que quiere ver a su equipo volver a luchar por estar arriba y cree en ello. Con todo, se deduce que para que sigamos confiando y el número de abonados vuelva a ser lo que un día fue, son ahora los jugadores y el cuerpo técnico los que tienen que levantar el espíritu y ofrecer motivos tangibles para soñar  con el “sí se puede;” y tienen que empezar a hacerlo desde ya. Perder no es el problema, son las formas lo que preocupa.




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