Gran victoria cimentada en el buen fútbol de la 1ª parte, en el sufrimiento y la cultura del esfuerzo de la 2ª parte, ante un rival directo que otorga el liderato y el goal avarage particular. Dos goles de Guzmán, que tuvo varias ocasiones más, y la parada de Casto a un penalti en contra, acciones más destacadas.
Los primeros cuarenta y cinco minutos frenéticos con un alto
nivel de ritmo con buenos minutos de juego entre los dos equipos. El Girona con
el guión previsible buscaba el contragolpe a partir de su poblada defensa. Por
su parte, la UD siguió los directrices que Paco Herrera había adelantado
durante la semana: presión adelantada, verticalidad, mucha velocidad y más
tiro. Nada más comenzar Araujo tuvo en sus botas una ocasión que no se definió
con claridad.
A los nueve minutos, un Araujo rodeado por rivales en la
frontal encontró un resquicio y
habilitó a un solitario Guzmán que llegaba en carrera para fusilar a Becerra.
El 0-1 momentáneo ponía cierta justicia a la iniciativa de la UD ante un
especulador equipo local. No obstante, el equipo de Martín también disfrutó de
claras ocasiones de gol, como un tiro cruzado de Pere Pons. A los cinco minutos del primer tanto
Guzmán, que ha disfrutado de varias ocasiones claras de gol, volvía a fusilar
al arco catalán tras una gran asistencia de Momo.
Con la calma que otorgaba el colchón de dos goles a favor,
la UD cedió la iniciativa a un Girona ya corajudo que buscaba recortar
distancias tras disfrutar de varias claras ocasiones que no supieron
materializar. En una de ellas, Sanchón, máximo anotador del equipo, pinchó un
melón que caía del cielo se fajó con clase dentro del área librándose de la
presión de Aythami para disparar con rabia a la portería amarilla. Recortaba
distancias y ponía justicia en parte a los méritos que estaba realizando el
Girona.
Tras el gol local el partido cayó en una fase de dominio
alternante, con alguna ocasión más clara en botas de Sandaza en los locales y
Guzmám, otra vez el pacense, por parte amarilla, pero que no subieron al
marcador. Con la victoria parcial por 1-2 se llegaba al descanso.
Tras el descanso, el Girona salió revolucionado ante una UD
más contemplativa, quizás demasiado ya que se vio bastante imprecisa en algunas
acciones, sobre todo en Casto que no terminaba de encontrar su mejor versión. La jugada polémica se dio en el minuto
55 cuando el Girona reclamó penal con insistencia en una jugada que no lo era.
Mediada la 2ª parte, la tónica se mantenía bajo la
insistencia local en busca de la igualada y la solvencia defensiva de la UD que
ya sufría con menos apuros. El equipo de Herrera demostró su madurez logrando
que los ataques locales se fueran espaciando cada vez más en el tiempo y
menguando en peligrosidad, síntoma inequívoco de ir tomando la manija del
encuentro para que el partido tomara el rumbo y el ritmo deseado.
Supo gestionar bien la ventaja en el marcador en esta fase
del encuentro el equipo amarillo a partir de recuperar el nivel habitual de la
defensa. La UD intentaba sin arriesgar el marcador buscar ampliar el tanteo con
criterio teniendo claro que la primordial era defender el botín obtenido hasta
ese momento. Y en estas labores destacaba por encima de todos el argentino
Culio que, como un gladiador ávido de gloria, se fajaba con todos sus rivales
tanto en tareas defensivas como ofensivas.
Herrera sacó el manual de ajedrecista y empezó a mover
piezas que asegurasen los tres puntos, entre ellos destacaba el cambio de Momo (abnegado
y generoso hoy) para que entrara Christian Fdez en pos de apuntalar una defensa
que, en algún momento que otro, volvió a las andadas con despistes que forzaban
situaciones de peligro. De esta
forma, David Simón se colocaba de extremo bisagra (tanto defiende como ataca) y
Christian con Ángel en sus laterales naturales.
Estaba controlando el partido la UD cuando el trencilla
consideró una caída natural tras un fallido remate de cabeza de un delantero
catalán como falta dentro del área y penal. Una jugada esperpéntica que Casto
con un gran parada puso remedio y vacunó las aspiraciones de remontada local.
De esta forma el ex del Murcia terminó por borrar las dudas que generaron
algunas de sus acciones en la 1ª parte. Tras esto, no tuvo reparos Herrera en volver a reforzar la
defensa en el tramo final del encuentro dando entrada Marcelo Silva. El
uruguayo reforzó una línea defensiva para fraguar una victoria que se cimentó
en dos acciones veloces pero que se fraguó durante 75 minutos donde se tuvo que
sufrir y trabajar mucho.
Recupera el liderato el representativo canario ganando ante
un rival directo como visitante. Tres puntos de oro que da lustre a la chapa de
candidato al ascenso a un conjunto que demuestra en cada partido el compromiso
de un grupo de jugadores con un objetivo común: el ascenso.