Bipolaridad. Dos Unión Deportivas bien diferenciadas las de la 1ª y 2ª parte. La 1ª merecedora de ganar por varios goles de diferencia mostró velocidad, verticalidad e intensidad en toda la cancha. Con una presión adelantada que asfixiaba a una defensa rival que parecía de gelatina convirtió el partido en un monólogo amarillo. La 2ª parte, la UD acabó pidiendo la hora con cierto sufrimiento ante un Albacete recompuesto que puso el suspense en el aíre durante muchos minutos. La trampa saltó, pero la UD por poco no cayó.
No al trivote, sí al tridente. Cambio táctico inesperado para recibir al colista que tuvo buena acogida en la previa del encuentro. Paco Herrera decidió desprenderse de su trivote en el círculo central que conforma el 4-3-3 habitual para armar un tridente con Momo, Guzmán y Culio de enganche tras Araujo. De esta forma la UD saltó al campo con un 4-2-3-1 que aportó los mejores minutos de juego de la UD desde los encuentros antes del Derbi. El damnificado de esta variación táctica fue Vicente Gómez que se quedó en la banca, y los principales beneficiados Momo y Guzmán que de verse compitiendo ambos por el puesto del sancionado Nauzet Alemán compartieron titularidad.
Vuelta a la zona noble. La sufrida victoria recoloca a la UD Las palmas en los puestos de privilegio de la clasificación a la espera del resultado del encuentro entre Valladolid y Girona. Suspenso en puntería, aprobado en fútbol y sobresaliente en sufrimiento, el conjunto amarillo no se dobla ante la adversidad, la voluntad de ganar está por encima de cualquier contratiempo.
Hernán, gol y lesión. Su gol con algo de suerte, su segundo tanto esta temporada, partió el queso manchego de forma tempranera adelantando un festín que no llegaría a darse. Inconmensurable en la medular, acabó lesionado en una jugada fortuita en funciones ofensivas. Sólo queda esperar que su lesión, que tenía pinta de ser en los isquiotibiales, no sea de gravedad, su participación es capital en los planteamientos de Paco Herrera.
Roque Mesa, recupera su mejor versión. Entró en sustitución del lesionado Hernán y anotó el gol (el primero como integrante de la 1ª plantilla) que a la postre significó el tanto de la victoria tras aportar una aparente calma que duró poco. Dejó muy buenas sensaciones tras unas actuaciones erráticas que le relegaron a la suplencia. Aportó salida aseada al balón, despliegue físico y apoyo a sus compañeros, a parte de su tanto, lanzó una falta directa con mucho peligro que el arquero del Albacete despejó con bastantes apuros. Debe seguir en esta línea ascendente.
Culio, el gladiador incansable. Tras su partido de sanción volvió a la titularidad aportando una vez más pundonor, garra y carácter a la parcela central de la UD Las Palmas. Esta vez jugando de enganche, en continua fricción con el entramado defensivo manchego, generó espacios con su particular estilo donde el choque y su presencia física suplen su carente velocidad y exquisitez técnica. Generó buenos espacios, acertado en el juego entre líneas, de sus botas nació el pase que habilitaba a Roque Mesa en su gol.
Araujo, el pistolero con la pólvora mojada. Noche aciaga para el argentino donde disfrutó de varias claras ocasiones pero ninguna acabó en gol. En ocasiones la falta de puntería, en otras un mal control y el resto la defensa manchega, imposibilitaron una nueva muesca en sus botas. No obstante, fue capaz de asistir a otros compañeros en zona de peligro mejor posicionados sin obsesionarse con el arco a pesar de buscar su tanto con insistencia. Generosidad poco reconocida en delanteros con su olfato goleador.
