La Unión Deportiva Las Palmas cosecha una nueva derrota en otro partido nefasto que entra directamente a la galería de los horrores. La fragilidad defensiva, la dificultad para generar juego y la incapacidad goleadora condena a un equipo que como tan rápido te da motivos para creer te los roba.
Paquito, un ídolo en los 90, ha tenido que ver como su inmaculada imagen con la Unión Deportiva queda manchada por esta condena que ha sido estar al frente de este desestructurado equipo. Ante el Betis el equipo recobró el brío, el nivel futbolístico y dio motivos para creer. El resto de encuentros, incluso ante el Espanyol, tan sólo han terminado por confirmar lo que muchos sospechaban: reaccionaron porque era el Betis de Quique Setién.
Un equipo que se juega la vida, no puede encajar goles con tanta facilidad y en una fase tan temprana del encuentro. Se había llegado al primer cuarto de hora y el equipo amarillo ya perdía por dos tantos a cero gracias a dos jugadas donde el entramado defensivo (sic) de Las Palmas generaba vergüenza y enfado a partes iguales por su laxitud y falta de toda tensión competitiva. Una forma tan liviana de defender, impropia del fútbol profesional, que cuesta encontrar explicación.
Cala remata a placer el primer gol del partido. |
A partir de ahí todo lo demás fue remar contracorriente, no hubo atisbo de reacción, alguna jugada deslavazada, inconexa, que acababa en disparos livianos, puro fuego de artificio. Ni cuando Guaita, un portero muy fiable, cometió un par de errores flagrantes, supieron los amarillos recortar distancias. Si Remy, el jugador más en forma de cara al gol, es incapaz de anotar gol con todo el arco vacío, a escasos metros, poco se puede hacer.
El Getafe, que por momentos parecía el mítico Ballet Azul, pudo aumentar la distancia con algunas ocasiones más ante una defensa que temblaba ante cada llegada azulona. Pero no hubo más goles en un partido que en el segundo periodo vio pasar claras ocasiones en ambas áreas. Tras el descanso el equipo de Bordalás supo gestionar su ventaja para anular a los amarillos que mejoraron levemente su rendimiento, pero que sigue siendo más que insuficiente.
Paco Jémez, en la tribuna del Coliseum, ha sido testigo en vivo de la titánica tarea que asumirá en pocas horas. Esta Unión Deportiva es un Titanic con decenas de vías de agua al que se le agota el tiempo para mantener su flotabilidad. Una ardua tarea le queda por delante al ex entrenador de Cruz Azul.