9 de diciembre de 2017

LA CARA B || LA UD SIGUE EN LA 'UCI'


Por Alejandro Arbelo.

La cosa se complica. La UD saltó anoche al estadio de Mendizorroza sin concebir el partido contra el Alavés como una final (o eso es lo que pareció en todo momento). Tal vez el problema fuera tan mundano como el frío de aquellas latitudes. O puede que el psicólogo del conjunto amarillo estuviera de asuntos propios esta semana y el paciente se le viniera abajo en su ausencia...Sarcasmo aparte, lo cierto es que el equipo que dirige transitoriamente Paquito volvió a evidenciar los mismos síntomas de descomposición de todo el curso y claudicó con estrépito en cuanto a sensaciones: apatía, falta de ideas, indolencia...Pudo hacer ruido también en su caída con el tanteo final, pero, cosas de la vida, el siempre cuestionado Raúl salvó los muebles en unas cuantas ocasiones y evitó un roto mayor.

El rival era uno de los que teóricamente peleará con Las Palmas hasta el final de la campaña por evitar la quema (o hasta que el equipo amarillo se descuelgue del todo, algo posible visto lo visto). El Glorioso salió con bríos renovados y un planteamiento claro de la mano de su nuevo técnico, Abelardo, y al final de los 90 minutos rebasaba a los amarillos en la tabla (+2 puntos). Si esta jornada ganan Málaga, Depor y Athletic, la UD quedaría nuevamente como colista y con la salvación a 5 puntos...Prepárense que vienen curvas.

La estadística, otra vez demoledora: Las Palmas es el peor equipo de Primera en 2017 con 28 puntos en 37 partidos de Liga (8 victorias, 4 empates y 25 derrotas)*.


Espejismo. Esta fue la palabra más utilizada en redes sociales para describir las sensaciones colectivas después del choque. Y es que la pasada jornada, contra el Betis, pudo más el deseo de la afición que la realidad. Las Palmas no arroyó al equipo verdiblanco -muy pobre- ni mostró ese juego excelso y vistoso de no hace tanto. Simplemente hizo un partido correcto, con atisbos de mejora en la actitud sobre el césped y logró el objetivo valiosísimo de los tres puntos. Por ende, los aficionados, muy sufridos, simplemente quisimos ver que el paciente salía de la UCI y pasaba a planta. La realidad, otra bien distinta. La frase quisquillosa de Santi Segurola en la retransmisión de beIN ante una combinación más o menos elaborada del equipo aquel día, sintomática: "hay que ver con qué poco se viene arriba la afición". 

Una inercia peligrosa, y que haría implosionar todo, es que las miradas empiecen a apuntar con mayor insistencia a los jugadores, además de al banquillo o al palco. Ya se sabe, cambiar de entrenador es relativamente fácil, lo otro simplemente invitaría al desastre...

Haría bien por tanto el nuevo míster -Almirón, Jémez o el sursum corda- en instaurar disciplina espartana en los entrenos, dinámicas y actitudes para salvar a un enfermo que, de seguir así, recibirá la extremaunción más pronto que tarde...Aún así, pese a todo, Vamos UD.


*Fuente: @pedritonumeros
  Fotos: marca.com




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