14 de junio de 2015

LA CARA B ‖ UD LAS PALMAS - REAL VALLADOLID


Esto es la Unión Deportiva. Es nuestra idiosincrasia y uno de los motivos por lo que la amamos tanto, con la pasión que se quiere a las cosas que cuestan. Hasta su entrenador se ha aprendido la lección durante la temporada que lleva en la isla, "La Unión Deportiva no puede subir sin sufrir" manifestó en rueda de prensa. El de ayer fue un partido en el que  el que el fútbol dejó paso al nervio. No hubo elaboración ni medio del campo por ninguna parte, los pucelanos lo intentaron hasta la extenuación con más corazón que cabeza y sobrepasando con asiduidad los límites del reglamento, volviendo a quedarse con nueve jugadores en el campo.

Solidez a falta de pólvora. Con este percal la Unión Deportiva deicidió ir a por el partido con la prudencia del que sabe que el reloj corre a su favor. Conocedor también de la calidad que derrocha su tridente ofensivo, donde Roque Mesa volvió a demostrar lo cómodo que se encuentra. Nuestro Pequeño Iniesta (valga la redundancia)  salió ayer enchufadísimo, luchando todos los balones y desequilibrando sin cesar a los defensas blanquivioletas. Puede que tenga un poquito menos de técnica que sus dos acompañantes,  pero su envidiable físico le permite exponer sus cualidades en todo su esplendor. En un partido duro en el que los hombres pesan más que los nombres, el canterano fue un incordio para los de Rubí. Lástima que las ocasiones que cocinaron los tres mosqueteros no encontraron puerta, a veces por mala suerte, otras por malas decisiones y muchas por la pericia de Javi Varas, un portero de primera división que fue sin duda el mejor de los suyos ayer.

Mariscal Artiles. Todo lo que se sufrió no fue sólo por no materializar la innumerables ocasiones que tuvimos (lo del penalti únicamente nos puede pasar a nosotros y al Atléti), sino también porque el Valladolid nos comió la tostada en el medio campo. Javi Castellano se multiplicaba una y otra vez apagando conatos de incendio, mientras Culio retenía el balón con oficio, pero fallaba en demasía en los pases. Por su parte Hernán fue el más flojo de los tres, dejando ver que todavía sigue buscando su mejor versión tras la lesión. Con estos agravantes, la defensa tuvo ante sí su particular examen de selectividad, el cual pasó con nota gracias en gran parte al zaguero de Arguineguín. Aythami estuvo inmenso adelantándose en repetidas ocasiones a unos pucelanos que veían con impotencia como no podían sobrepasar la muralla amarilla. Los otros tres componentes de la retaguardia también estuvieron a un gran nivel: Ángel volvió a cumplir con veteranía y solvencia ante el jugador más rápido de la categoría; David Simón hizo lo propio con Mojica y fue trascendental para descargar el juego del equipo por banda derecha; y por último, el Gran Capitán anuló magistralmente a Roger, un delantero con alma de defensa que no duda en pegarse con los dinosaurios de Jurassic Park si es necesario.

El último escalón. Hace casi un año se nos privó de subir este último peldaño que nos separa de la gloria. Ahora hemos vuelto a llegar a esa misma situación no sin antes sufrir en un partido en el que los nervios, el poco fútbol y las ocasiones desperdiciadas hacían que el 22-J pasara por la mente de los tan sólo 17.000 aficionados que acudieron ayer al Estadio de Gran Canaria.  

Foto portada: Carlos Díaz Recio ©udlaspalmas.es






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