21 de febrero de 2017

LA CARA B || NI ANTES EL BAYERN NI AHORA EL ALCOYANO

Vuelve a Gran Canaria una vez más la Unión Deportiva Las Palmas derrotada y con la moral tocada. Tras un comienzo de temporada tan fulgurante como anecdótico, Setién declaró desde que pudo que teníamos "más puntos de los que seguramente merecíamos". Y tenía razón. Como la tiene ahora cuando reconoce que nos han superado. El Granada nos superó. Y ayer también el Málaga. El equipo amarillo tiene problemas y Setién será el encargado de encontrar las soluciones. 

Ni antes éramos el Bayern ni ahora somos el Alcoyano. Estar equivocado es pensar en Europa, y también lo es condenar ahora al equipo y a su entrenador por los malos resultados. Ser aficionado a la Unión Deportiva no significa que no pueda quedar espacio para la crítica. Y tampoco se es más fiel seguidor del equipo por dedicarse a callar bocas a los que se atreven a señalar los fallos. En situaciones como esta lo mejor es mantener la cabeza fría y analizar con detenimiento qué está pasando. Teniendo claro que de puertas para adentro del vestuario, sabemos más bien poco. Como debe ser, por otro lado.

Miremos las cifras sin hacer aspavientos. El equipo amarillo ganó 3 partidos en las 4 primeras jornadas. Y en las últimas 19, se contabilizan tan sólo 4 victorias. Sale muy barato marcarle un gol al equipo amarillo. Y está carísimo marcar en la portería contraria. Puntuamos en casa y fuera tenemos números de colista. Donde antes llegaban halagos desmedidos, ahora hay silencio en el entorno mediático. Las Palmas no pierde su identidad, mantenemos la posesión, sacamos siempre el balón desde atrás, pero la consistencia se ha ido diluyendo en las últimas jornadas.  


Ayer era el día en que Setién puso sobre el campo toda la artillería. Que ese día David Simón haya sido de lo poco que se salva (igual que ante el Sevilla en el Gran Canaria) es un dato muy significativo. Sobre todo cuando te paras a mirar la alineación. Ahora resulta que echamos de menos a Montoro. Ahora resulta que cuando sale Mateo destaca como si fuera el crack del equipo. Y es que, siendo justos, tampoco Halilovic sobresale ya no por encima de Tana, sino de Momo en prestaciones. Hablo de lo visto hasta ahora, no del potencial que se presupone. 

El Málaga en la primera parte fue un auténtico puñal en banda derecha donde Dani Castellano estaba solo y desbordado, con un Jesé al que en defensa le falta sacrificio. Lemos, que marcó en la noche de ayer otro golazo de falta (no entiendo por qué la siguiente la tiró Viera) cometió varios errores, uno de los cuales casi cuesta un gol si no interviene Varas, cuando en vez de ceder atrás y buscar al portero o a los compañeros de banda intentó regatear delanteros, darse la vuelta. Exactamente lo que Setién no quiere. 

Apenas vimos a Jesé en ataque, y de resto Boateng se fajó y se desesperó ante la defensa malaguista con múltiples gestos de impotencia, cuando el día no viene de cara, cuando nada sale bien, cuando el balón se va al palo. Hasta cuando enfocaban a Setién y a Sarabia, sus caras eran de desconcierto. Nos estaban derrotando y ni jugando en superioridad numérica los últimos 20 minutos fuimos capaces de sobreponernos. 

Al equipo, no sólo en los partidos fuera de casa, le falta intensidad. Y de algunos de estos aspectos sabemos que el entrenador es completamente consciente puesto que no me invento nada, él mismo lo ha afirmado varias veces: somos hermanitas de la caridad en cuanto a la intensidad en algunos partidos. No entiendo por qué se ve como una cualidad positiva el hecho de hacer pocas faltas. Perdemos el tiempo hablando de proporción de tarjetas y número de faltas cometidas, cuando decimos que "somos los que menos faltas cometemos de la categoría". 


Los otros equipos van siempre como motos y cuando no tenemos el balón sufrimos lo indecible. Hacer pocas faltas está bien, pero no es necesariamente un dato positivo según se de el partido. Las faltas son necesarias y hay que ser inteligentes al cometerlas. Nos sobrepasan, sacan a relucir nuestras carencias defensivas y no somos capaces de pararles de ninguna manera. Por el contrario, cuando intentamos sacar el talento, a menudo se ve cortado por las continuas interrupciones. Los equipos saben a lo que jugamos y el no tener alternativas permite al rival anular nuestras posibilidades ofensivas. 

Van tres partidos desde el cierre del mercado invernal y la cosa no pinta bien. Tres derrotas consecutivas y la continuidad de Setién en el aire. Espero y deseo que la moral del equipo se levante y sean capaces de sobreponerse a esta deriva y sobre todo que desde la directiva no se pierdan los nervios. El descenso continua a 12 puntos. Los de abajo siguen hundidos y eso da tranquilidad, pero ahora parece que con 28 puntos en el puesto número 12 alcanzar los 40 va a resultar como subir al Everest. 

Tanto Setién como su plantilla han demostrado de sobra que están capacitados para cambiar esta dinámica. Los refuerzos tienen que adaptarse y el entrenador cántabro debe encontrar la tecla correcta más allá de mantener el estilo. Entiendo que no debemos hablar de luces de alarma. Pero este grupo de profesionales tiene que apretar los dientes y seguir sumando. Mantengamos la fe y la tranquilidad. Sigamos disfrutando de ver al equipo jugar en la máxima categoría. Que nadie hablará de nosotros cuando todo esto acabe.




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