Por Alejandro Arbelo.
La U.D. Las Palmas perdió por 0-1 frente al Sevilla en un partido en el que a los amarillos solo les faltó puntería. Ante más de 27.000 espectadores (la mejor entrada de la temporada en el EGC), los de Setién gozaron de más ocasiones que su rival, pero cayeron ante un equipo de Sampaoli que acertó con los cambios. En el partido predestinado a ser el de la 'V' de Vitolo, no hubo finalmente 'vendetta' amarilla y se perdió la condición de invicto como local.
Mucho se hablo esta semana tanto en la isla como en la capital hispalense sobre el regreso del hijo pródigo, la vuelta al Estadio de Gran Canaria de Vitolo Machín. Tras su censurado piscinazo en el partido de ida en Sevilla, el recibimiento que habría de dispensarle la grada al bravo jugador canterano fue la comidilla durante la semana. Tal vez, cualquiera que hubiera sido la respuesta de la afición, ésta habría sido acertada...Si al canterano ahora sevillista se le hubiera recibido con una cerrada ovación esta tarde nadie se hubiera extrañado. Y es que por todos es bien conocido el amor que la afición grancanaria profesa a los jugadores de la tierra que partieron un día de aquí, habiéndolo dejado todo antes por la camiseta amarilla. Es el caso sin duda de Vitolo. No obstante, el público que casi llenó hoy el recinto de 7 Palmas optó por pitar, aún herido y molesto, cada vez que el de San Cristóbal tocó el balón. El respetable es soberano, claro está, pero entiendo esta reacción como un castigo equiparable al del padre que reprende a su hijo querido...Volverá seguro Vitolo al Gran Canaria (con la Roja o la elástica del Sevilla otra vez) y será aplaudido. No lo duden...
Y a vueltas con esa jugada del partido de ida, y pese a las palabras de Setién en la previa en las que aseguraba que lo sucedido en el partido del Pizjuán estaba olvidado, lo cierto es que entre la afición sí había cierto deseo de vendetta contra el Sevilla -siempre deportiva- por aquella injusta derrota. Y no pudo ser. Los amarillos, con Jesé y Halilovic de titulares, jugaron de tú a tú al todopoderoso equipo sevillano y desarrollaron por fases su habitual dominio de los partidos de casa (Las Palmas volvió a ganar la posesión del balón, esta vez contra un equipo que juega a lo mismo). Ciertamente se llegó a tutear a los de Sampaoli, especialmente en los primeros compases de la segunda parte, en los que el Sevilla quedó encerrado en su campo. Pero...
Volvió a fallar la puntería. Si el lector/a de estas líneas no vio el partido puede ojear la crónica del choque en Grada Curva. No tardará en sacar la conclusión de que nuevamente los amarillos volvieron a superar al visitante (al menos por momentos) y que solo la falta de clarividencia arriba evitó que los tres puntos se quedaran en la isla. Siete remates amarillos frente a tres sevillistas. Las estadísticas no mienten. Los disparos de Jesé, David Simón (partidazo el suyo) o Boateng se toparon una y otra vez con las manos del portero Sergio Rico, auténtico baluarte de los andaluces esta tarde. Justo enfrente, Javi Varas no le fue a la zaga y tuvo intervenciones muy notables en el que fue el otro reencuentro con el equipo matriz del partido. En definitiva, otra demostración más de que la U.D. de esta temporada puede competirle a cualquiera, incluso al ahora tercer clasificado de la competición, pero que nos sigue faltando rematar la faena...
Y el que perdona pierde. Utilizando un símil pugilístico, Las Palmas mereció a mi juicio ganar a los puntos. Pero no dio los golpes ganadores y su rival, en una acción en las antípodas de la propuesta futbolística que propugnan ambos técnicos, hizo el gol de la victoria. 0-1 y la U.D. que no ejerció reacción alguna. Sampaoli, quien dijo haber sufrido mucho durante este partido, ganó el duelo de estrategas y realizó tres oportunos cambios que a la postre resultaron cruciales. El foco en este sentido nuevamente sobre Setién. ¿Tarda el entrenador cántabro en efectuar las sustituciones en cada partido? Obviamente hoy sí, porque el equipo notó el bajón físico justo cuando su contendiente ganaba oxígeno con las entradas al campo de Iborra, Correa y Jovetic.
Se perdió la condición de invictos en Liga en el Estadio de Gran Canaria. Nos estábamos mal acostumbrando -Las Palmas no perdía en casa desde marzo de 2016- y algún día tenía que llegar, pero hoy nos quedamos con la sensación de que esa derrota se podía había retrasado un poco más...
Nos hemos hecho notar en el campeonato haciendo del recinto de 7 Palmas un fortín, pero igual ésta es la ocasión perfecta para equilibrar la balanza y empezar a ser más competitivos a domicilio. Difícil plaza la de Málaga la próxima jornada, pero a tenor del juego desplegado y del plantel del que dispone U.D. (con una previsible mayor integración de los nuevos), todo es posible...Vamos U.D.
Y a vueltas con esa jugada del partido de ida, y pese a las palabras de Setién en la previa en las que aseguraba que lo sucedido en el partido del Pizjuán estaba olvidado, lo cierto es que entre la afición sí había cierto deseo de vendetta contra el Sevilla -siempre deportiva- por aquella injusta derrota. Y no pudo ser. Los amarillos, con Jesé y Halilovic de titulares, jugaron de tú a tú al todopoderoso equipo sevillano y desarrollaron por fases su habitual dominio de los partidos de casa (Las Palmas volvió a ganar la posesión del balón, esta vez contra un equipo que juega a lo mismo). Ciertamente se llegó a tutear a los de Sampaoli, especialmente en los primeros compases de la segunda parte, en los que el Sevilla quedó encerrado en su campo. Pero...
Volvió a fallar la puntería. Si el lector/a de estas líneas no vio el partido puede ojear la crónica del choque en Grada Curva. No tardará en sacar la conclusión de que nuevamente los amarillos volvieron a superar al visitante (al menos por momentos) y que solo la falta de clarividencia arriba evitó que los tres puntos se quedaran en la isla. Siete remates amarillos frente a tres sevillistas. Las estadísticas no mienten. Los disparos de Jesé, David Simón (partidazo el suyo) o Boateng se toparon una y otra vez con las manos del portero Sergio Rico, auténtico baluarte de los andaluces esta tarde. Justo enfrente, Javi Varas no le fue a la zaga y tuvo intervenciones muy notables en el que fue el otro reencuentro con el equipo matriz del partido. En definitiva, otra demostración más de que la U.D. de esta temporada puede competirle a cualquiera, incluso al ahora tercer clasificado de la competición, pero que nos sigue faltando rematar la faena...
Y el que perdona pierde. Utilizando un símil pugilístico, Las Palmas mereció a mi juicio ganar a los puntos. Pero no dio los golpes ganadores y su rival, en una acción en las antípodas de la propuesta futbolística que propugnan ambos técnicos, hizo el gol de la victoria. 0-1 y la U.D. que no ejerció reacción alguna. Sampaoli, quien dijo haber sufrido mucho durante este partido, ganó el duelo de estrategas y realizó tres oportunos cambios que a la postre resultaron cruciales. El foco en este sentido nuevamente sobre Setién. ¿Tarda el entrenador cántabro en efectuar las sustituciones en cada partido? Obviamente hoy sí, porque el equipo notó el bajón físico justo cuando su contendiente ganaba oxígeno con las entradas al campo de Iborra, Correa y Jovetic.
Se perdió la condición de invictos en Liga en el Estadio de Gran Canaria. Nos estábamos mal acostumbrando -Las Palmas no perdía en casa desde marzo de 2016- y algún día tenía que llegar, pero hoy nos quedamos con la sensación de que esa derrota se podía había retrasado un poco más...
Nos hemos hecho notar en el campeonato haciendo del recinto de 7 Palmas un fortín, pero igual ésta es la ocasión perfecta para equilibrar la balanza y empezar a ser más competitivos a domicilio. Difícil plaza la de Málaga la próxima jornada, pero a tenor del juego desplegado y del plantel del que dispone U.D. (con una previsible mayor integración de los nuevos), todo es posible...Vamos U.D.