Esperábamos que la UD diera la cara en Málaga y no lo hizo. Debía ganar para engancharse al sueño europeo y no fue así. La Unión Deportiva, en un año que debe servir para asentarse en Primera va a conseguirlo -y está muy bien-, pero tiene pinta, con partidos como este, que en eso se va a quedar. Hoy, hay que decirlo, fue un borrón en un expediente, en general, aseado.
El fútbol, los partidos, tienen muchos partidos dentro de cada encuentro, como en una matrioska y en una de esas, tras el golazo de Lemos,-un espejismo- el Málaga se vino arriba y en ocho minutos remontó con dos buenas arrancadas de Keko, el mejor en el campo en el primer acto. A veces esos partidos dentro del partido empiezan con un hecho fortuito, casual, como fue el centro - chut de Pablo Fornals, similar -este con más ángulo- a aquel mítico gol de Goikoetxea a Alemania en USA'94. La UD no era protagonista, no tenía el balón en zonas de interés y sufría. Los jugadores ofensivos no eran protagonistas y se notó.
La primera parte solo lo salvó el golazo de falta de Lemos. En ataque la UD no hizo mucho más. La posesión, inocente, ramplona no batía líneas a excepción de alguna acción individual de Simón, Jesé o Viera. El ataque amarillo fue, casi inexistente. Y el Málaga, todo lo contrario. Keko hacía sufrir mucho a Dani Castellano.
La segunda parte la UD mostró mucha más intensidad; el equipo malaguista no ganaba todas las batallas, todos los balones en disputa como sí sucedió constantemente en el primer acto. La opción del balón largo a Boateng no iba acompañado de ayudas recogiendo lo que ese juego de espaldas generaba y ahí, en esas pequeñas batallas individuales, poco a poco se fue deshaciendo la moral de los de Setién. Hubo ocasiones de gol para ambos equipos en la reanudación, un palo de Boateng -el más incisivo, aunque sin puntería- tras tocar en Camacho y con Kameni ya vencido fue la opción más clara; el Málaga también pudo marcar también en un remate de Demichelis al palo o en un uno para uno de Fornals con Varas tras fallo grosero de Lemos en la salida de balón, pero el marcador no se movió. Ni siquiera con la expulsión de José Rodríguez por doble amarilla el equipo pudo voltear la situación, pese a la mejoría. Javi Castellano, que había sustituido a Roque minutos antes salió lesionado y la UD acabó jugando con diez.
La Unión Deportiva mejoró su imagen, pero como ya es costumbre esta reacción, esta cara, solo aparece cuando las cosas ya están del revés y no antes. Es un debe muy grande del equipo especialmente en sus actuaciones foráneas, cada vez mayor. Y no caben las excusas. Estamos en febrero y los amarillos no ganan fuera de casa desde agosto. Solo la excelente racha en casa nos está manteniendo tranquilos.
