30 de octubre de 2017

CRÓNICA || DESCALABRO (1-3)

 
La mejor y la peor noticia sucedió, prácticamente, en el mismo instante. En el 7' Remy marcaba, listo, disparando cuando todo el Estadio esperaba el pase de la muerte a un Jonathan Viera que caía lesionado ahí mismo, aunque permaneciese unos minutos más en el campo. La UD que había salido con Raúl; Macedo, Lemos, Bigas, Dani; Samper, Vicente, Vitolo, Viera, Remy y Calleri pintaba muy bien, pero tras el empuje inicial el equipo fue apagándose salvo destellos de Remy y un lanzamiento de Vicente al larguero al recoger un rechace de un córner que despertó a un Estadio de Gran Canaria que contenía la respiración desde que el de La Feria salió dolido del césped.

En el 37' un centro de Valverde fue rematado por Celso Borges y llegó el 1-1 al marcador. Habían avisado los gallegos, no en exceso, pero sí se intuía peligro en sus llegadas. Raúl y Macedo pudieron hacer más en la jugada. 

 
El partido se fue deshaciendo lentamente con los dos equipos agazapados, aturdidos y temerosos lanzando algunas contras con cierto peligro, pero sin sustancia. 

Tras la salida de Viera murió la fluidez del ataque amarillo, Ayestarán intentó mover el avispero colocando a Tana, que entró por Jonathan, en la derecha y a Vitolo en el centro, pero no surtió efecto en ningún momento.

La segunda parte arrancó con un buen disparo de Bakkali que Raúl paró muy bien, pero que acabó en gol de Celso Borges a la salida de ese córner tras rematar adelantándose a la defensa. 


El partido se deshacía como un azucarillo, la UD era anarquía pura con un ataque plagado de jugadores técnicos, por supuesto, capaces, pero sin un orden grupal, sin precisión ni colectividad. Absolutamente desdibujados.

En el 68' Lemos cometía un penalti absurdo por llegar tarde a una disputa con Cartabia y Lucas lo transformaba haciendo el 1-3.

El partido de la UD Las Palmas duró 10 minutos. Así de simple. Así de duro. Y en el banquillo no se aportó soluciones para un desenlace que parecía previsible, lamentablemente. Para un equipo que se deshizo desde que Jonathan Viera salió lesionado. Pako Ayestarán, que pudo recuperar algo de crédito en Riazor lo ha perdido hoy sin duda. No hay excusas. No hay vasos que soporten esta lluvia incesante (3-0, 2-5, 3-0 y 1-3 desde su llegada, sexta derrota seguida) O arranca esto con urgencia o nos vamos al pozo. No hay más.  
 




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