5 de febrero de 2016

OPINIÓN II LA ODISEA DE CULIO


Del ostracismo al triunfo.

Si repasamos la trayectoria futbolística de Culio, nos damos cuenta que siempre ha bailado un tango con los sinsabores, desde sus inicios hasta el presente, el jugador ha mantenido un pulso siempre aguerrido, entre la gloria de ser titular y el ostracismo, pero su historia merece ser contada. Que no se malentienda esto –lo de contar su historia- como un jugador del pasado, véase más bien con la melancolía de echarlo de menos, sólo de él depende ponerle un broche de oro a su historia, porque si algo nos debería quedar claro es que Emmanuel Culio es un hombre hecho a sí mismo.

Esta narración tendrá flashbacks, espero debidamente engarzados con el presente, pero de necesaria reflexión, para darnos cuenta de la dimensión del jugador, de la importancia de un chaval nacido en Mercedes en la provincia de Buenos Aires, que empieza a darle patadas a un balón en el Flandria de la primera b Metropolitana. Es en el año 2004 y con 21 años, cuando gracias al buen hacer desempeñado en el Flandria recala en el Almagro, no gozó de demasiadas oportunidades, pero las que tuvo fueron aprovechadas, al menos para llamar la atención de Independiente donde, muy poco tiempo después del traspaso, sufre una lesión que lo aleja de pisar el verde. Tras su recuperación Julio Falcione, técnico por aquel entonces de Independiente, no le da suficientes minutos, sería entonces cuando en el año 2006 los caminos de Culio y el Racing de Avellaneda se cruzan.

En el Cluj. Foto: UEFA.com
En su país natal nunca gozó de los minutos necesarios, para desplegar su futbol, si bien en Chile empieza a despuntar en varios puestos del centro del campo, de la mano del técnico Víctor Hugo Castañeda en el Deportes la Serena. El argentino por fin empieza a saborear las mieles del fútbol, convirtiéndose en un ídolo para la hinchada en su periplo por Chile. Los grandes clubes de dicho país no pudieron hacer otra cosa que echar la mirada en el jugadorque hacía poner en pie al graderío de La Portada –estadio del C.D. La Serena- pese al interés del Universidad de Chile como el Colo-Colo, Culio decide cruzar el charco hasta Rumanía.

En su estancia en el club rumano el CFR Cluj consigue clasificarse de manera directa para la Liga de Campeones, donde Culio después de probar toda suerte de vicisitudes agridulces, consigue con su nuevo club tanto la Liga como la copa, acompañado en el hito por varios compatriotas y gestando un logro que el club rumano no había conseguido en sus 101 años de historia.

Los ojipláticos espectadores que acudieron al Estadio Olímpico de Roma el 16 de septiembre del año 2008 vieron como un club casi desconocido, les hacía caer derrotados con una soberbia actuación de Juan Emmanuel Culio, que marcaba los dos tantos de su equipo para dar la victoria ante el AS Roma. En esa ocasión Culio “el jugador hecho así mismo” se reivindicaba, el luchador incansable conocía la gloria en el anfiteatro romano.


Culio con el Dépor disputa un balón con Valerón. Foto: ©Marca.com
En la temporada del 2013-2014 paso un breve periplo por el futbol español de mano del RCD La Coruña si bien en ese mismo invierno es traspasado al Al Wasl, después de haber contribuido de manera directa en hacer  al club coruñés campeón de invierno. Poco se sabe del periplo en los Emiratos Árabes, se cuenta que fueron tiempos difíciles para él, que tenía complicado incluso entrenarse, una vez había informado al club su decisión de querer marcharse. En todas sus etapas siempre ha manifestado su carácter seguro y determinante, siempre extrapolado en su propio juego, un jugador que jugando bien o menos bien, nunca se ha escondido.

Culio calienta ante el Celta de Vigo, sería su última convocatoria de amarillo. Foto: ©GradaCurva.com
Y el presente no exento de ostracismo y gloria como toda su carrera, me entristece la última imagen –más recreada por mi imaginación- puesto que escuché sus declaraciones en la emisora oficial del club, donde un Culio muy emocionado, decía no entender los pitos cuando en toda su carrera siempre había dado la cara, que siempre luchó por el escudo de la UD Las Palmas. 

Posiblemente hubieron gotas que colmaron su vaso, una la sonora pitada en el Estadio de Gran Canaria, otro punto de inflexión, fue contra el Celta, donde tras la lesión del recién llegado Montoro, Setién le manda a calentar y se decanta finalmente por Momo. Para él fue como un jarro de agua fría, pero defiende al técnico diciendo que lo hizo para cuidarle, sus palabras siempre emocionadas, agradeciendo a todos. 



Un jugador que trasciende a los terrenos de juego, en esos momentos escuchando las palabras de Culio, yo mismo llegué a emocionarme cuando del primer jugador que se acordó fue del “mago”. Los agradecimientos sin doblez y directos del argentino, seguro que hicieron a más de uno arrepentirse de la pitada, pero tampoco quiero censurar ni abroncar a la voluntad propia de cada parroquiano. Es el mismo equipo el que duele, los jugadores demuestran su valía sobre el verde y si la afición interpreta que un jugador no lo hace bien, es con los pitos como manifiesta su postura. 

Tras el último partido contra el Celta y después de una charla con Quique Setién, Culio informaba de su nuevo rumbo. La despedida pilló por sorpresa a muchos de sus compañeros, pero no había marcha atrás, el jugador que comenzó en la Primera B de su país, él que nunca fue profeta en su tierra, que consiguió lo que 101 años de historia no habían conseguido en un casi desconocido club de Rumania, con la compañía de otros tantos argentinos, el que se reivindicó como gran jugador de futbol en el Estadio Olímpico de Roma , ponía rumbo a Zaragoza.


Culio, en su presentación como jugador del Zaragoza, se dirige a la afición. Foto: ©ElHeraldo.es
En La Romareda durante su presentación, tuvo como bienvenida una pitada nada más salir al césped, el respetable del Zaragoza esta vez sí tuvo memoria, porque en el fútbol se suele tener memorias parciales, los jugadores pasan del ostracismo al éxito en jornadas. Unas palabras dichas celebrando el ascenso con la UD Las Palmas, sembraron la discordia. Culio con paso firme se dirigió al público, con su voz siempre firme, pidió permiso para hablar, asumió el mea culpa, mencionó que todos cometemos errores, y dijo que lo iba a poner todo en el campo por su nuevo escudo, varió entonces - en giro inesperado - los pitos y abucheos en aplausos y vítores.

Porque Culio desde siempre le ha bailado un tango a la vida, con luces y con sombras, pero siempre siendo él mismo, lo tendré en el recuerdo como el que hizo impacto con un balón que se estrellaba indefectiblemente contra la red, como uno de los artífices de seguir soñando con estar en primera, con el jugador aguerrido, como el que nunca se esconde. 

Ya lo echo de menos, que su tango particular señor Culio sean los más dulces, ya quedan pocos hombres de palabra, Culio un hombre honesto, un guerrero que no da pasos atrás, da pasos a un lado también queriendo ayudar, seguro que aún le quedan muchos pasos, la coreografía de su tango no ha terminado, se mantendrá eterno en mi recuerdo, ese segundo congelado y eterno en el que nos salvaste de otro año más en el ostracismo, y como su propia trayectoria, de las pitadas a los aplausos en un solo momento.

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En GradaCurva.com realizamos una encuesta sobre Culio, y éste fue el resultado:




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