1 de octubre de 2016

LA UD SALVA UN PUNTO IN EXTREMIS EN UN MAL PARTIDO (2-2)


Un gol en el tiempo de descuento del capitán David García salva un punto de un partido que dos errores propios comprometieron en la primera parte.  El equipo de Setién se mostró falto de profundidad y velocidad en el juego, aunque se supo reaccionar a tiempo en la segunda parte tras verse con un marcador de 2-0 en contra.

Sin llegar al estrépito de la Real Sociedad, el equipo amarillo ha vuelto a  sufrir contra un rival inferior, Osasuna llegaba al partido como destacado colista, y al menos en su comienzo el guión se mostraba prácticamente idéntico a la pesadilla de San Sebastián. Osasuna en una jugada con poco peligro obtuvo un premio enorme gracias a una mano voluntaria de Prince Boateng totalmente innecesarias que ponía a su equipo en desventaja al poco de empezar la partida. El gol de Roberto Torres sólo hizo que su equipo se enrocara aún más en su propuesta defensiva, con casi 6 jugadores atrás con tres por delante y un solitario Sergio León como avanzadilla solitaria. 


A partir de este minuto el partido fue un monólogo amarillo con una posesión del balón sin disputa (Osasuna no lo quería), un control del partido concedido por su rival (parapetado atrás) pero sin mandar donde realmente importa: en el marcador. Osasuna apretó los dientes y se dedicó a esperar a una Unión Deportiva que, durante 40 eternos minutos, dispuso del balón pero sin saber muy bien qué hacer con él. Con Roque Mesa muy vigilado por los medios osasunistas, sin posibilidad de paseses infiltrados, tan sólo ejercía de nexo intermedio por donde pasaba la pelota en busca de praderas más fértiles (en la 1ª parte dio 72 pases por 89 de todo Osasuna). 

El equipo de Setién  se mostraba poco lúcido con la pelota, sin frescura, con huérfano de ideas. Con jugadores rindiendo muy por debajo de su nivel como Mateo, que no desequilibró en ningún momento, com un Boateng que intentaba remediar su acción del penal con más corazón y desacierto que con inteligencia y con Livaja totalmente muriendo de inanición al no recibir pelotas en condiciones y buscando la pelota de forma ruda y torpe en cada acción. Tan sólo Vicente, incorporándose desde la segunda línea,  buscaba sorprender rematando centros laterales  en ocasiones de Lopes, Macedo o Boateng.



Esta situación fue caldo de cultivo para el segundo tanto, pues la defensa amarilla que se vio poco exigida ante las casi inexistentes contras rojillas, abonó el terreno de la relajación atrás al no verse exigido. Así sucedió en un balón largo, sin demasiado peligro, para Sergio León que Aythami falló en el despeje y propició que se quedara el delantero con el arco de frente y tan sólo David García como obstáculo más cercano. Dos amagues, un par de regates y gol por debajo de los pies de Lizoaín tras fracturar la cintura del capitán amarillo (2-0). Minuto 2 del tiempo añadido de la primera parte y Osasuna no desaprovechó el segundo regalo amarillo. 

Tras el descanso el partido no varió un ápice. Osasuna se hizo fuerte en su área, con la idea de repetir la suerte del primer tiempo: aguantar y aprovechar las contras. Y Las Palmas, por su parte, no le quedaba otra que quemar las naves y buscar reducir la distancia volcada al ataque. Doce minutos tardó el equipo de Setién en obtener un premio merecido pero que llegaba quizás demasiado tarde. Livaja se alejo del área Osasunista, donde estaba sufriendo caquexia futbolística, y cayó en el costado izquierdo donde supo centrar un balón al corazón del área al que llegaría Vicente Gómez con la testa con su fino vuelo. Minuto 57 del encuentro con y con algo más de 30 minutos por delante ese gol insuflaba ánimos y esperanzas entre los amarillos mientras cundía el pavor en la grada rojilla y los suyos. 


Setién introdujo cambios para ganar en profundidad, Momo entró por Mateo y Dani Castellano por Hélder Lopes, pero el pantano rojillo estaba hasta arriba de fango. El conjunto amarillo seguía sin hacer circular la pelota con fluidez, mientras Osasuna cada vez se encontraba mejor y más fuerte al ver como el tiempo se agotaba y mantenía la distancia. La gran ocasión en el tramo final estuvo en un durísimo disparo de Boateng de volea desde la frontal que mordida golpeó la madera para irse lejos del arco.  Pero el equipo de Setién no dio en ningún momento el partido por perdido y buscó con ahínco ese gol redentor que al menos rescatara un punto.

Sería en el tiempo de alargue de la segunda parte cuando en un saque de esquina, tras una jugada embarullada, lograría anotar el capitán David García al ver como su remate de testa le venía rechazado y supo tirarse al pasto para rebañar la pelota y empujarla al fondo del arco. 

Un gol que imponía justicia a lo visto en el partido, que rescata un punto, pero que no puede servir para tapar un mal partido de los amarillos. El equipo de Setién volvió adolecer, con muchas variaciones en su once tipo, de poca profundidad, laxitud y poca pegada. 




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