23 de octubre de 2016

UNA OBRA DE ARTE SIN PREMIO



El partido se inició con el Villarreal dominando, presionando a la UD, en cierto modo apabullando al equipo de Setién que no podía trenzar una jugada. Los castellonenses presionaban tras perder el balón y en muchas ocasiones lo lograron. Hubo incluso un gol anulado a Bakambu tras rematar un balón que dio en el larguero tras un mal pase de Raúl Lizoain, pero, poco a poco, el equipo se fue estirando más y obligaba al Villarreal a recular. Viera empezaba a generar con Tana de escudero con un Boateng que recordó a las primeras jornadas, rápido, activo, siendo el receptor de los balones largos, sustituyendo, en este sentido, al sancionado Marko Livaja.

Y ahí, como siempre desde que la idea de Setién echó raíces, la UD comenzó a creer en sí misma. Hubo varios sustos, previos a la tormenta, al gol que define a esta Unión Deportiva Las Palmas; un fallo defensivo del Villarreal, un mal pase entre centrales, fue interceptado por Araujo que cedió a Viera y que, éste, solo ante Asenjo, no consiguió marcar. Minutos después, con la UD ya consolidada, Viera filtró un pase al hueco a Macedo y Boateng no llegó al remate por milímetros. 


                                     Fotografías: LFP                                                                                         

Era el preludio de la música de ángeles; Jonathan Viera, manita encogida, cabeza alta, tocó con Tana en corto, al borde del área, vio su desmarque y se la puso por elevación. Tana, don Tanausú Domínguez, prolongó ese pase de espuela al corazón del área con fuerza, a la altura idónea, con cariño e intención y Boateng, de volea, la empalmó. Un golazo de Playstation. De esos que marcas y grabas y envías a todos tus contactos de WhatsApp.

En la segunda parte, como no podía ser menos, el Villarreal salió en tromba y le costó a la UD hacer posesiones más largas. El equipo de Setién estaba bien plantado, pero sucedió la acción que desequilibrió el duelo. 

En el 61 Míchel Macedo fue atendido tras recibir un golpe de Vicente al intentar despejar el balón. Con el brasileño fuera, el equipo castellonense forzó un penalti de Roque Mesa tras agarrar ligeramente al atacante. La clásica jugada en la que el delantero quiere caer, quiere el contacto y el árbitro cae en el juego. Penalti light, que le dicen. El gol lo transformó Sansone. Era el 63 y el partido cambió. Lemos entró por Macedo. Una subida de Dani Castellano tras pared con Boateng provocó una gran parada de Asenjo. La UD ya no podía sacar la pelota jugada y Viera, que lo estaba haciendo durante el partido esporádicamente, ahora bajaba a ayudar a Roque con la creación por imperativo legal, quedando Vicente en la mediapunta. 

El partido iba encaminado al empate, pero como en Sevilla, llegó la puntilla al final: Bakambu hizo una pared con Soriano y, al recibir, hace falta a Montoro, que no la pita el árbitro y que lo deja solo ante Raúl al que bate por bajo. 

Con esta derrota, la UD encadena cinco partidos sin ganar, pero las sensaciones siguen siendo postivas. El Villarreal es uno de los equipos más en forma del país y hoy la UD Las Palmas le plantó cara en su casa marcando, no hay que olvidarlo pese a que no vaya a verse reflejado en puntos, uno de los goles más hermoso del año.




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