Carlos Moreno Chavanel | La dimisión de Manolo Márquez y el reciente fichaje de Ayestarán, lejos de ser culpa del ya ex técnico de la UD, es fruto de un verano lamentable en los despachos de la UD Las
Palmas. Gestionar deportivamente un club de élite de la forma en que se ha
hecho estos últimos meses se paga y no hemos tardado mucho en verlo, seis
jornadas han bastado. El nuevo fichaje: Pako Ayestarán, para nada ilusionante.
En el mes de marzo, después de marear la perdiz desde enero,
Quique Setién anunció su no continuidad en el club, pero hubo que esperar a
julio, con todo el caso De Zerbi de por medio, para conocer al nuevo entrenador
de la UD. El club amarillo fue el último de Primera División en anunciar su
técnico cuando, posiblemente, fue el primero en saber que necesitaba uno nuevo.
Esto habla mucho y mal de la comisión deportiva, que esperó mes y medio por un
entrenador italiano desconocido para, finalmente, “meterle el marrón” a alguien
de la casa. De ninguna de las maneras se le quería dar poder a Setién a sus
decisiones y así nos ha ido. Seis jornadas, un equipo sin estilo y ahora vuelta
a empezar de cero con Ayestarán, que para nada tiene una forma de entender el fútbol similar a la del cántabro. Parece un nuevo tumbo de esta gestión.
Manolo Márquez, a diferencia de la dirección deportiva, ha
mostrado honradez y se va como un señor. “Si
viene otra persona lo hará mejor que yo. La honestidad puede sobre otras cosas
y siento haber defraudado al presidente”, dijo en su despedida como
entrenador del primer equipo. ¿Dimitirá
alguien “de arriba” después de esto? No lo crean. Cada día tenemos más
gente ahí dentro sin saber muy bien lo que hacen.
“La mejor plantilla
de la historia” nos dijeron… Si así fuera, que tampoco lo creo, también se
necesita un gran entrenador para manejarla. ¿Lo será Ayestarán? Lo siento, pero lo dudo mucho.
También se alzó la voz a los cuatro vientos para decir que el club se venía gestionando de una manera perfecta y Setién no era nadie para cambiarla. Cuatro entrenadores en 27 meses en Primera División, gran gestión.
Estoy seguro de que algunos se pensaron que lo de Setién lo
hacía cualquiera y que el equipo se entrenaba solo. Se equivocaron. No digo que
todo fuera perfecto con Quique, se ganó un partido fuera, pero su forma de
entender el fútbol solo podía seguir creciendo con más tiempo en el club y con
un mayor estatus sobre ese vestuario que todos conocemos…
Por otro lado, fuimos noticia en todo el mundo por nuestra forma de jugar,
como ahora lo está siendo el Betis, pero aquí puso en marcha “la maquinaria del
fango” para desprestigiar al cántabro y ahora nos explota en las manos.
Pensé que dentro del desastre de planificación que se había hecho, poco a poco Márquez iría mejorando, sin embargo, él mismo se dio cuenta de que le venía grande el reto y dio un paso a un lado.
Una temporada que debía ser esperanzadora para crecer y
soñar, se ha convertido a las primeras de cambio en una pesadilla que queremos
que acabe cuanto antes. ¿Empezaremos a mirar ahora a los culpables en el palco?
Para empezar, las gradas empiezan a despoblarse y llega Pako Ayestarán al banquillo. Su suerte será la nuestra, pero que no nos vendan planificación y gran gestión, visto lo visto.
Foto de portada: Cadena Ser