13 de julio de 2018

RUBÉN CASTRO YA ES JUGADOR AMARILLO


El último gran delantero que emergió de la factoría de Barranco Seco regresa a casa firmando un contrato de dos años más uno opcional tras un largo periplo por el fútbol nacional que, inclusive, tuvo un breve periodo en la Superliga China. Un regreso que se mira con desconfianza desde la grada, a pesar de los números del máximo goleador histórico del Real Betis. 

Rubén Castro Martín (La Isleta, Las Palmas de Gran Canaria, 27 de Junio de 1981) regresa a su equipo de cuna tras 14 temporadas de periplo lejos del paralelo 29. Tras rescindir contrato con el que profesionalmente ha sido "el equipo de su vida", el Real Betis de Quique Setién, y ante la falta de oportunidades y continuidad que deseaba, firma libre de contrato por la entidad amarilla. Se logra así un viejo deseo de Miguel Ángel Ramírez: recuperar para la causa al último gran exponente goleador forjado en las entrañas del club que dirige. 

Foto: Abc.es
Tras su polémica marcha del equipo amarillo hace nada más y nada menos que 14 temporadas (con 22 tantos a sus espalda ese curso), perteneció al Deportivo de la Coruña por 8 temporadas, aunque como blanquiazul jugó apenas un puñado de partidos. Sucesivas cesiones, mucha de ellas infructuosas, al Albacete, Racing o Nástic de Tarragona. Préstamos que dejaron la imagen de un jugador joven, con talento, indolente, conformista con su excelente contrato con el Deportivo y al que el rendimiento deportivo parecía haber pasado a un segundo plano. Todo cambió en su enésima cesión, en esta ocasión al Alcoraz de la SD Huesca. En los pagos aragoneses algo cambió en la mentalidad del menudo delantero. Su rendimiento e implicación creció exponencialmente y cuajó una buena temporada en números de goles (13), partidos (41) y minutos disputados (3.563). 

Rubén abraza, en una imagen ya histórica, a Patricia Ramírez dedicándole un tanto. Foto: RealBetis.es
Para entonces ya tenía 28 años, ¿sería tarde para reconducir su carrera?. Para su suerte dos nombres claves se cruzarían en su camino para convertirle en uno de los mejores goleadores nacionales de la última década. Serían Pepe Mel y Patricia Ramírez, el técnico madrileño y la reputada psicóloga, quienes exprimirían lo mejor de Rubén. Un tándem esencial en su madurez personal y profesional para dejar atrás la imagen siempre díscola que arrastraba para dar paso a la de un delantero letal con un hambre de gol voraz. 

Ese triunvirato viviría sus primeros éxitos en el Rayo Vallecano  (en la enésima cesión gallega). Al refugio de las barricadas se generó un ecosistema de confianza que extrajo lo mejor del delantero que forjó una estrecha relación con Mel y Ramírez. Aquella temporada con la franja rayista en el pecho (42 partidos y 14 goles) trajo consigo el interés del Real Betis en el delantero canario. 

Foto: ABC Sevilla
Petición expresa de Pepe Mel, el club de La Avenida de La Palmera no tuvo duda en cerrar un traspaso con el Deportivo de la Coruña. Llegó al Benito Villamarín con casi 30 años y tan sólo por tres temporadas. Su relación con el club verdiblanco se acabó convirtiendo en su mejor etapa como profesional de la pelota. Un total de 8 temporadas, con un semestre este curso en el fútbol chino, para un total de 290 partidos y 147 goles (entre Primera, Segunda, UEFA y Copa).

En el ocaso de su carrera profesional, con la carta de libertad del club sevillano y a la espera de su merecido homenaje, hace las maletas para regresar a casa. Con la desconfianza de una grada que le repudia mayoritariamente por los gestos de cara al aficionado en su última temporada como amarillo y con la exigencia de lograr un ascenso a base de sus goles. 




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