Enésimo partido lejos del Gran Canaria que tira al suelo la imagen forjada a pulso en su propio estadio. Dos errores defensivos y un penal inexistente tumbaron en 6 minutos el que estaba siendo, hasta ese momento, un partido gris pero sin estridencias de los amarillos.
Con las rotaciones forzadas entre las bajas por lesión y sanción, al fin pudo disfrutar de su gran ocasión Erik Expósito. El tinerfeño, con el dorsal 29, debutaba como titular con el primer equipo convirtiéndose así en el mayor atractivo del partido para el aficionado amarillo. Pero el punta no era la única novedad, junto al él Quique Setién introdujo hasta seis más: Javi Varas, Simón, Hélder, Lemos, Hernán y Momo.
Aunque el estilo es innegociable y la propuesta seguía siendo la misma que ha convertido en un conjunto reconocible a la #UDLasPalmas de Setién, sí que tanta novedad afectó en el ritmo de juego y en los automatismos. Algo normal con jugadores que hasta ahora han disputado menos minutos que los habituales y que, irremediablemente, prestan otro perfil a una UD que sin las aptitudes de Boateng, Viera, Vicente o Macedo muestra un cariz distinto por mucho que se respete el estilo.
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| Foto: ©LaLiga |
En su primera manga el partido a pesar de contar con ocasiones en ambas áreas, mucho más numerosas en la de Varas, el encuentro era un ritmo lento que aceleraba los pistones mediante chispazos recurrentes de contras muy verticales y abuso del balón áreo a la espalda de la zaga amarilla. En este punto tanto Lemos como Bigas se mostraron igual de sincronizados y efectivos que en sus mejores tardes, pero cuando el Lega percutía por la línea de cal lograba generar ocasiones de más peligro con las facilidades que ofrecía la zaga amarilla por sus laterales. Las situaciones de mayor peligro para Varas fue precisamente un disparo al larguero de Rico, el resto acciones se resumían en disparos cruzados que, con más o menos sufrimiento, supieron despejar sin mayores problemas.
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En ataque poco y nada. Nada de peligro real y lo poco lo ofreció Tana en un slalom prodigioso (con caño incluido) que acabó despejando el peligro la defensa pepinera tras asistir a Momo. Por su parte, Jesé se mostró activo pero poco acertado.
Tras salir de los vestuarios, el partido retomó el pulso donde se había dejado antes de ir al descanso. Un choque de ritmo lento, a chispazos que salvo en contadas ocasiones le faltaba emoción. Pero eso cambió a los 55 minutos cuando un nuevo error (en esta ocasión de Javi Varas) ofreció el gol (1-0) en bandeja a un Leganés que veía las puertas abiertas a la permanencia. La Unión Deportiva volvía a introducirse a ese déjà vu en bucle que sufre desde que abandona el paralelo 29. Pero sería el primero de dos goles más en una locura transitoria que duraría desde ese minuto 55 hasta el 61.
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Tan sólo tres minutos después, en otro ataque sin mayor peligro, sería Hélder quien fallaría al despejar para acabar asistiendo a Guerrero que la picaría sobre Javi Varas (2-0). La siguiente acción sobre el área amarilla sería un penal inexistente que Vicandi Garrido designó tras picar en el piscinazo de Luciano. El propio jugador se haría cargo de anotarlo y de descorchar el champán en un Butarque de fiesta que celebraba la permanencia.
El resto del partido fue un ir y venir sobre el campo, los amarillos deambulaban sin sentido como las almas errantes de los ajusticiados que penan alrededor del cadalso. Otra ignominia amarilla sellada en el pasaporte.
Fotos: ©LaLiga.es
