23 de abril de 2017

LA CRÓNICA || PERMANENCIA MATEMÁTICA CON POLÉMICA ARBITRAL [1-1]


La UD consiguió la permanencia matemática gracias a un empate no exento de polémica. Tras adelantarse los amarillos con gol de Boateng al filo del descanso, los de Pellegrino empataron a la hora del partido con un gol de Ibai Gómez en el que Deyverson estaba en claro fuera de juego posicional. Los amarillos no jugaron su mejor partido y los vascos estuvieron mejor en la segunda parte. Setién no anduvo muy fino en los cambios. 

Ante las ausencias obligadas por lesión de Viera y Vicente Gómez, Setién optó por alinear a sustitutos más naturales, Halilovic y Montoro, ambos cuestionados por gran parte de la afición amarilla. El encuentro dio comienzo con un sol de justicia que propició que el partido empezara con un ritmo más pausado de lo habitual. La primera aproximación amarilla llegó en el minuto siete con un tiro cruzado de Jesé que no entrañó mayor peligro en la portería de su antiguo compañero, Pacheco.

Poco más en los siguientes minutos de un choque con poca presencia en las áreas durante los primeros compases del partido. En el minuto catorce el ex amarillo La Guardia puso fin a su retorno al Gran Canaria al sufrir una lesión en la rodilla no tiene buena pinta. No tardaría en llegar la primera oportunidad con cierta peligro en una contragolpe de en el que Jesé tardó en abrirla en banda a Halilovic, pero en la que el croata reaccionó muy bien con un tiro cruzado desde la frontal que se marchó por encima de la escuadra derecha de Pacheco. 


Se cumplió la media hora de partido con un relativo y horizontal dominio local ante un conjunto vitoriano bastante replegado. El que más lo intentaba era Halilovic otra vez desde la frontal con un tiro que apuntaba maneras, pero que se topó con la cabeza de Rodrigo Ely, que fue quién había sustituido a La Guardia. Justo antes que se cumpliera el minuto cuarenta Ibai Gómez realizó desde fuera del área el primer disparo a puerta de los suyos en todo el partido, en el que el cuero se fue por encima de la portería de Raúl Lizoain. 

Cuando parecía que los jugadores se marcharían a los vestuarios sin alterar el marcador, un sensacional pase de Tana por encima de la defensa vasca fue interceptado por Prince Boateng, que no dudó al batir de efectiva vaselina a Pacheco. El meta extremeño -y canterano blanco- la tocó pero no pudo evitar el gol del germano-ghanés. Gol psicológico justo antes del descanso que servía de aliciente a los de Setién para encarar el segundo tiempo con más convicción. 



Tras la reanucadación los de Pellegrino apretaron lógicamente más arriba en busca de un empate que casi consiguen a los cinco minutos. Sin embargo, Dani Castellano se anticipó magistralmente a un Camarasa que ya estaba dispuesto a cabecear un centre al segundo palo. Primer aviso de los vitorianos que no iban a perdonar en la siguiente ocasión con un tiro lejano de Ibai Gómez con el que consiguieron poner el empate antes del último tercio del partido. No sin la inestimable ayuda de Munuera Montero -no confundir con Martínez Munuera- y su linier, que no consideraron que Deyverson -metido en fuera de juego por dos metros- influyera en la jugada. Cosa que sí hizo al entorpecer la visión de Raúl y amagar con que iba a tocar el balón para posteriormente apartarse. 

Decisión controvertida, de un colegiado que no es el mismo que nos perjudicó en el Pizjuán, aunque ambos tienen un inusual apellido en común. La UD intentó reponerse del golpe y lo intentó en diversas ocasiones legando realizar buenas combinaciones que no supieron finiquitar. En una de estas Macedo recibió una dudosa amarilla en campo contraria que le impedirá jugar en Butarque. A partir de ahí se sucedieron dos sustituciones bastante incomprensibles, salieron Tana y Halilovic -dos de los mejores amarillos durante la tarde de hoy, sobre todo el croata- en beneficio de Hernán y el canterano Benito. Faltaba por entrar en el terreno de juego Marko Livaja en detrimento de Boateng, pero con la misma que vino se fue. El croata duró sólo cuatro minutos en el verde al llegar tarde a la jugada y cazar por detrás a Marcos Llorente. 

Esta vez sí acertó el arbitro, a diferencia de Setién, que había quitado a su jugador con mayor facilidad para ver portería para que entrara el croata. En los últimos compases el Alavés pudo empatar en varias ocasiones, pero la fortuna y un acertado Raúl lo impidieron. Para terminar de coronarse, Munuera, pitó de forma abrupta y precipitada tras una jugada en la que los amarillos pedían penalti, aunque esta vez sin razón aparente. 




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