La UD llegaba al Francisco de la Hera con la intención clara de sumar de a tres y eso hizo. El equipo acumula 11 puntos con este triunfo y encadena dos victorias, tres en total y dos empates. Por números nada que reprochar. Pero en este circo los números no lo son todo. La UD tuvo tres zarpazos y enchufó dos. El equipo supo sufrir en un campo añejo y que destilaba Segunda División por los cuatro costados, paredes que se asemejan al añorado Estadio Insular, y lo hizo como se espera de un aspirante, adaptándose a las circunstancias.
Unos datos sobre el duelo. 41 faltas. 10 amarillas. Y un césped horroroso, pero 3 tres puntos más. Esa es la conclusión y el fin del debate. Pero cada vez está más claro que estamos ante una UD pragmática, que no quiere llegar mucho, sino sumar en el casillero como un martillo pilón sin más. Una UD que no es un rodillo, sino un puñal.
El equipo supo sufrir. Supo defender 12 saques de esquina de los locales, supo sacar faltas, perder tiempo, marrullear todo lo que está en el reglamento. La UD jugó como se debe jugar en uno de estos campos donde los candidatos no se pueden dejar puntos, donde es básico sacar tres porque aquí está la clave de la regularidad.
Además, el equipo jugó con diez desde el 63' por expulsión por doble amarilla de Ruiz de Galarreta, quien golpeó con inocencia, levemente, a un rival en el suelo. Si innecesario fue el golpe, inexistente fue la primera amarilla, sacada en el 37' y que provocó el penalti local y por consiguiente el empate, tras atajar la pena máxima Raúl a Enric Gallego, pero llegando el rechace al propio Enric Gallego, que anotó a placer.
Una falta lateral sobre De la Bella sacada por Fidel llegó a Maikel Mesa quien anotó el segundo gol amarillo, el que a la postre sería el definitivo, sumando así el segundo gol del tinerfeño esta semana, tras el anotado en Copa este jueves pasado.
La batalla que suponía el partido encontró el Juan Cala a un guerrero inexpugnable. Fantástico partido del central amarillo. Un auténtico mariscal del centro de la zaga. Un ejemplo de cómo es esta nueva Unión Deportiva Las Palmas. Fantástico una vez estuvo también Raúl Fernández, dando un cursillo acelerado de seguridad y tranquilidad.
Hubo opciones para el tercero, un mano a mano de Rubén aprovechándose de un error defensivo y demostrando que es humano al errar en el control definitivo delante de Manu García, portero del Extremadura. Un pase al espacio de Lemos a Rafa Mir que el valenciano estuvo cerca de llegar al balón, pero este no llegó y tocó sufrir hasta el final.
Es pronto para análisis profundos, la UD sigue siendo un equipo en construcción, pero parece que estamos ante un equipo que sabe sufrir y que tiene mimbres para atacar como un aguijón, un equipo que no parece que le duela mucho no ser protagonista si tiene el marcador a favor. Un equipo de Segunda. Un equipo que ya acumula 11 puntos mientras el brillo llega.
FOTO: @laliga
