14 de abril de 2018

OTRO CLAVO MÁS EN EL ATAÚD AMARILLO (0-1)


Apuraba Las Palmas sus exiguas opciones de salvarse ante la Real Sociedad inmersa una profunda depresión. El ambiente en el graderío, a la espera de la reacción en los minutos 21 y 66 de la movilización en redes sociales contra la gestión del club, era simplemente desolador. Una gradas despobladas, faltas de color, calor y sonido. Ni siquiera Ultra Naciente, reducto irreducible de pasión amarilla, habitual rincón donde late siempre la pasión, daba señales de vida durante larga fases del encuentro. Un ambiente que, penosamente, recordaba a las tardes más aciagas en segunda división, quizás era un adelanto de lo que está por venir. 

Con una Real Sociedad anclada en tierra de nadie, bendita tierra de nadie, sin opciones de disputar plaza europea y sin peligro de permanencia afrontaba un partido muy relajada ante una Unión Deportiva que, con la soga al cuello y tensa, se mostraba incapaz y nerviosa de hilvanar alguna jugada. El partido se jugó a un ritmo lento, pesado, cansino casi desde el inicio y las únicas jugadas de cierto peligro llegaron por el lado visitante. Una gran jugada de Januzaj donde rompió en velocidad a Ximo y un disparo desde la frontal de Kevin Rodrigues, se encontraron ambos con Chichizola. El arquero argentino se erigió nuevamente como salvador y se postula, con diferencia, a mejor jugador amarillo del año con 


La frágil resistencia amarilla se doblegó en el minuto 20. En ese momento llegó el 1-0 cuando Illarramendi asistió al espacio dentro del área a Oyarzabal que controla con el pecho y bate por bajo a un Chichizola que poco más pudo hacer. El gol fue el más triste preámbulo de la protesta generalizada con gritos de "directiva dimisión" estalló en el minuto 21 con pancarta de Ultra Naciente que rezaba: "Un año lleno de errores exige cambios y dimisiones". 

Tras el gol el equipo amarillo se mostró como lo que es, un juguete roto, un equipo deshecho, sin solidez ni estructura, un amago de equipo profesional incapaz de ejectura el más simple ABC del fútbol. La Real Sociedad jugó un partido plácido, casi orgásmico, donde acumulaba una ocasión tras otras y que si no elevó el tanteo en el marcado a unas cifras sonrojantes fue las acertadas intervenciones de Leandro Chichizola por un lado y la falta de acierto de los propios txuriurdines por otra. 


A un deplorable rendimiento defensivo, llegó una escasa producción ofensiva donde Imoh Ezekiel se mostró como el más activo de todos los amarillos. El jugador africano se mostró como el jugador con más ganas y mayor atrevimiento gracias a su verticalidad, velocidad y ganas de agradar un público hastiado y en pie de guerra. Las Palmas llegó al descanso con un 0-1 en el marcador excesivamente bueno para su paupérrimo encuentro. 

Tras salir de los vestuarios el partido cambió ligeramente. Algo parecido a la vergüenza torera hizo presencia entre las filas amarillas y con más intención que acierto los jugadores de Las Palmas hicieron trabajar a la defensa y al arquero visitante. Casi siempre en acciones de centro laterales a las que rara vez llegó a rematar algún atacante amarillo. Poco duró la reacción amarilla, tan sólo lo que quiso la Real Sociedad. Desde que el equipo vasco imprimió de nuevo un poco de velocidad, volvió a encerrar al conjunto amarillo entorno a su arco para que Chichizola volviera a ganar protagonismo. 

Desolador aspecto del graderío en el partido. Foto: ©GradaCurva.com
En el graderío se jugaba otro partido ante el poco atractivo de lo que sucedía en el césped. Tanto en minuto 21 como poco después del salir de los vestuarios los escasos 10.000 espectadores congregados en las gradas entonaron pitos y gritos de dimisión, reclamaron la presencia del presidente de la Unión Deportiva y con sorna pidieron a Paco Jémez que diera entrada a Emenike.

En la recta final Calleri disfrutó de dos ocasiones claras de remeta con la cabeza que no supo aprovechar. Tímidos intentos por parte de la Unión Deportivo de buscar una igualada que cerca en el marcador, se encontraba muy lejos en argumentos futbolísticos. 

Esta derrota, 5ª en los últimos 6 partidos, supone un paso más del conjunto amarillo en su caída Averno. Un descenso que es sólo cuestión de tiempo, nada más, que se termine de confirmar matemáticamente, porque virtualmente este equipo está muerto. 




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